martes, 26 de agosto de 2008

Trazos negros de tinta china

De todas las artes existentes, no sé con exactitud cuántas dominaba; pero sé con certeza que dominaba, al menos una, el dibujo. Sentada en un banco, bajo la sombra triste de un árbol que pasa calor, y con una carpeta sobre sus piernas; dibujaba lo que parecía desde mi posición un cantante de música negra. El formato era un folio, el estilo: blanco y negro, el material: un bolígrafo que lloraba trazos negros de tinta china.
Trazos perfectos, medidos, ¿cual sería su secreto? ¿Por qué yo no tenía el don de dibujar, que tanto admiraba desde pequeño? Seguía mirando su cantante, que ya tomaba forma de humano, con relieves y arrugas, incluso con emociones. No levantó la vista ni una sola vez, no se percató de cuanta gente la miraba al pasar a su lado; ella continuaba con sus ojos clavados sobre el blanco del folio, que ya estaba empezando a padecer en escala de grises.
Entonces, mientras miraba como dibujaba, me fijé en algo. Su forma de coger el boligrafo era exactamente igual que la mía; lo cogía entre el dedo corazón y el pulgar, recostado, en un abrazo, sobre el anular, y con el índice ejerciendo una débil presión que evitaba que cayese al suelo. Me llamó muchísimo la atención, siempre me habían dicho que coger el lapiz así estaba mal, que tenía que aprender a hacerlo bien. Un escritor no se podía permitir agarrar su pluma de la forma equivocada. Pero nunca entendí por qué, si mi caligrafía no era mala, era bastante legible...
Un par de veces alzó la cabeza, impasible ante mi mirada, y continuó con su creciente obra de arte, la cual quizás no saliese de su carpeta después de que la terminase. Sin más, cuando llegó su hora, volvió a levantar la cabeza, mirandome otra vez, justo antes de mirar a su reloj, que asistía a la situación con celos de que no le hubiese mirado alguna otra vez antes. Al mirarle, éste le reveló algo que la hizo levantarse y recoger todo, para marcharse a su destino, cruzando la carretera.
Tras este episodio, y tras ver como se perfilaba su dibujo, sólo acerté a pensar la facilidad con la que algo puede cobrar interés. Como dijo Flaubert, basta con mirar algo con atención para encontrarlo interesante. A mi me acababa de inspirar un texto la forma de coger el lapiz de aquella artista en proyección...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre he dicho que la mejor forma de aprender y de que algo te llame la atención es mediante la observación hasta de la cosa más insignificante

un saludo

Ari Schreiber dijo...

Los pequeños detalles,a mi manera de ver, son los más importantes.

Ari Schreiber dijo...

Por cierto, gracias por agregarme a tus blogs amigos.Yo ya te agregué ayer.

Lorena dijo...

Creo que hay algo que compartimos: observar a la gente que se cruza con nosotros e inventarnos historias sobre ellos. Ese es, de hecho, uno de mis entretenimientos favoritos para cuando no tengo nada que leer en el transporte público.

Te estreno como primer comentado con mi nuevo blog =)

Ari Schreiber dijo...

Durante una temporada tuve en mente crear un blog q se llamara algo así como : REFLEXIONES DE AUTOBUS (Y/O METRO) o..no sé...METROVIAJANTE..y esque la verdad es una gozada invertarle una vida al ciudadano que viaja delante de ti en el metro :).

Cien años de Soledad ..Buena elección.
(las historia del Otoño del Patriarca tb sería una buena elección) Besos.
Uxía

Jesús V.S. dijo...

Pues si que es una buena forma de aprender. Yo creo que todo ser humano es observador, aunque algunos más que otros. Un beso.

Uxia, tienes razón en eso de los detalles. Lo más grande no es lo más importante. Respecto a lo del blog del autobús, es una buenísima idea; al fin y al cabo, todos nos fijamos en los demás, y quien diga que no, miente. :) Un beso.

Lore, me alegra un montón verte por aquí. Y si, la verdad es que eso lo compartimos, yo también lo hago siempre. Mola. :) ¡Un beso!

La Penca dijo...

Me ha gustado esa frase de Flaubert...Tiene toda la razón.
Un saludo.

MoT dijo...

"el material: un bolígrafo que lloraba trazos negros de tinta china"

una personificacion realmente poética cuentacuentos. poco a poco asciendo por estos textos que me perdi y voy quedando como siempre encantada.


un besin