lunes, 30 de junio de 2008

¿Qué es un héroe?

A menudo, los humanos imploramos la presencia de héroes con superpoderes, alas o gran fuerza; sin darnos cuenta de que mucho más cerca, tan solo con mirar alrededor, podemos descubrir cientos de ellos, sólo que sus poderes no son tan perceptibles y precisan más atención por nuestra parte.
Un día, una profesora entró en el aula y sin mediar palabra escribió en la pizarra con letras grandes y subrayadas la palabra héroe. A continuación lanzó una pregunta al aire: ¿qué es para vosotros un héroe?; como la maestra de Soldados de Salamina.
Jamás pude responder esa cuestión y pienso que en el momento que sepa responderla, la persona a la que describa dejará de ser héroe. Un héroe tiene que ser alguien sencillo, no un superhombre. Para mi un héroe es mi padre, que se ha matado a trabajar para darme la posibilidad que tengo ahora y que él nunca llegó a alcanzar, ni por asomo. En esta línea, mi madre sería una heroína, por regalarme el mayor regalo, mi vida; y además por su lucha incansable contra un monstruo empequeñecido que recula hacia su guarida.
Un héroe de verdad no alardea de sus hazañas, como un padre de familia no alardea de su esfuerzo y se lo lleva al mundo onírico cada noche, para que su entorno no sepa de su sufrimiento. Exactamente igual que pasa con aquel que pese a la adversidad alcanza, día tras día, un paso más en la carrera, sin más ayuda que la de su moral y su afán de superación en la vida.
Muchas veces me cansé de repetir que los héroes no existen, pero ahora me retracto, sin más remedio. Los que no existen son los superhéroes. Los héroes son de calle y como los guerreros más leales, nunca alardean en exceso de sus victorias. Tal vez exista para ellos Troya... o Creta...

domingo, 29 de junio de 2008

Sobre el verano

Ya llegó el verano. Siempre sé de su llegada porque las terrazas se llenan de almas que vagan más allá de la medianoche en busca de algo tan sencillo (y a veces complicado a la vez) como la conversación. También porque en este periodo empiezo a planear mis próximos meses junto a mis amigos (igual que todo el mundo hace); y porque mi hermano se vuelve negro en practicamente dos días de piscina, lo cual nunca entendí.
Me gusta el verano, fundamentalmente, porque no hay obligaciones (y si las hay son menos costosas). Esto significa que por la noche puedo quedarme leyendo hasta que me ataque el sueño, viviendo en mundos tan dispares como los de ilusionistas, duendes, escritores o desconocidos; o disfrutando de la brisa que entra por la ventana con cualquier relato contado mediante planos cortos o largos, transiciones y giros de cámara, hasta que mi mente funda a negro.
La vida es un gran plano secuencia, decía Pasolini; y como tal hemos de tomarla: viviendo como si en cualquier momento un rótulo con la seña "The End" pudiese anunciar el fin de la cinta.
Mientras tanto disfruten del verano...

viernes, 27 de junio de 2008

Pura anarquía, de Woody Allen

Un dentista que pone en peligro la vida de sus pacientes debido a su charlatanería, Franz Kafka organizando un número de claqué, un alumno de levitación que aprendió sólo la primera parte del proceso y le cuesta tener los pies en el suelo, una serie de cartas entre un profesor de cine y el arrogante padre de su alumno, una conversación judicial con Mickey Mouse o un ensayo filosófico que podría haber escrito Nietzche sobre la alimentación...
Esta serie de cosas sólo se pueden atribuir a Woody Allen. Este libro se compone de unos relatos cortos de temática diversa (como se pudo ver antes), tratados desde el particular punto de vista del director, guionista y también escritor. Grandes dosis de humor e historias surrealistas que parecen imposible que lleguen a tener lugar, aunque quién sabe...
Si te gusta el director, te gustarán la mayoría de sus cuentos; ya que su forma de entender el relato es muy propia y particular y se asemeja a la forma de exponer los hechos de sus cintas. No diré que todos sean buenos, porque eso sería muy difícil; pero desde luego, está claro que con estas páginas pasarás un rato entretenido y muy divertido.
Dice Rafael Azcona que Allen merece el premio Nobel de Literatura. Eso me parece exagerar (si no es una ironía); ya que, pese a que el libro sea (en mi opinión) bastante bueno, desmerece a otros escritores que serían dignos del premio. Woody Allen es divertido y muy inteligente en su forma de relatar, tanto cine como literatura; pero, personalmente, yo me sigo quedando con su cine.

jueves, 26 de junio de 2008

¡Olvídate de mí!, de Michel Gondry

Quizás el título de esta película sean las palabras más difíciles de pronunciar, generalmente porque de su mano caminan los recuerdos de alguna bonita historia. Precisamente de eso trata este drama, del olvido y de los recuerdos. Joel, interpretado de forma magistral por Jim Carrey en uno de los pocos papeles dramáticos que se le conocen; conoce un día la noticia de que su novia Clementine (Kate Winslet, sencillamente perfecta) ha acudido a una clínica con un nuevo método para borrar de su memoria todos los recuerdos de su relación. Tras este duro golpe, Joel contacta con el médico que se encarga de esto para que, a su vez, haga desaparecer de su mente todo recuerdo de Clementine. Sin embargo, durante este proceso se dará cuenta de que realmente no es lo que desea. La mente y el amor son caprichosos. La historia es genial, una historia de amor verdadero (no cursilón como los típicos) que comienza con un enamoramiento profundo y que termina siendo un verdadero drama y un infierno. El guión es magnífico, escrito por Charlie Kaufman (que ganó el Oscar); y la dirección es especialmente fotográfica, con un bellísimo resultado. Destaco la capacidad del director de representar el mundo de los sueños, el surrealismo de estos, mediante transiciones sin sentido, como puertas que cambian la situación del personaje, o calles que empiezan en un lugar y terminan en otro completamente diferente... Todo ello respaldado por un excelente reparto encabezado por Jim Carrey, que debería de llevar a cabo más papeles dramáticos, pues los consigue interpretar de forma magnífica (vease El show de Truman, entre otras). Sorprende una Kate Winslet con una estética muy diferente, extravagante (vease su actitud con el pelo); y un personaje muy impulsivo, que enamora por momentos. Cierro con una frase que me pareció especialmente bonita, dicha por Clementine: "¿Y si esta vez te quedaras? Vuelve y al menos inventa una despedida... finjamos que la tuvimos", y es que a quién no le gustaría arreglar algún elemento de su pasado en sueños. Fantástica, desgarradora, emotiva, amarga y dulce (a la vez); esta cinta pasará a mi lista de favoritas, sin duda. ¿Y tú, borrarías los recuerdos de alguien si pudieses?

miércoles, 25 de junio de 2008

La flaqueza del bolchevique, de Lorenzo Silva

La flaqueza es una sensación que en verdad pocos conocen. En esta novela queda bien reflejada en la personalidad tan impactante del protagonista.
La historia, contada íntegramente desde la perspectiva del protagonista, comienza un lunes muy temprano cuando se éste se dirige al trabajo. Un despiste provoca que empotre su coche contra el de delante, al no percatarse de que el semaforo había cambiado al color rojo. Entonces, tras una discusión con la conductora del coche contra el que impacta, la cual le resulta especialmente desagradable; decide cambiar el rumbo y los objetivos de su amarga vida. A partir de entonces, se dedicará a minar la moral de esta mujer; pero lo que no sabe es que en el camino se cruzará con su hermana, Rosana.
Rosana es una adolescente de 15 años con una particular forma de ver la vida. Su personaje es fascinante y, creo, que es la que más continuidad le da al argumento. Su personalidad es diferente a la del resto de sus compañeras, y a traves de diversas jugadas, acapara el interés del lector.
Si me pidiesen que destacase algo como lo que más me gustó de la novela, sin practicamente dudar respondería los monologos interiores del personaje, con un lenguaje un tanto grotesco que el autor aprovecha para acercarnos más a él. Subrayaría de entre todos el inicio del libro, en el que hace una reflexión sobre lo que significa para él su alma, el monologo sobre los oficinistas y sus variantes, la reflexión sobre la música (Schubert, Iron Maiden...), su particular, pero preciosa forma de explicar por qué es bolchevique, y por supuesto, la reflexión final que realiza en el último capítulo.
En definitiva, que es una novela que se lee rapidamente, mezcla de comedia y drama de ciudad; con un ritmo ágil que hace que cuando no te hayas enterado la estés terminando ya y hayas quedado atrapado un rato por su interesante argumento, que fue llevado al cine tiempo después por Manuel Martín Cuenca, aunque de eso no toca hablar ahora.

lunes, 23 de junio de 2008

Ella y su pequeña historia

Tan solo tiene 16 años, pero su profunda mirada (profundísima a veces) denota que acumula más vivencias que cualquier otra persona que la doble en edad. A pesar del largo camino que ha recorrido para hallarse apenas en la mitad del mismo, a menudo regala una sonrisa muy bella, que solamente sabe apreciar quien se detiene a contemplarla. Pero no la típica sonrisa, la suya es una sonrisa sincera y agradecida, gratuita y espontánea, que la hace parecer preciosa y segura de si misma por momentos.
Su vida ha experimentado un profundo cambio y la ha obligado a crecer por obligación (la misma obligación a la que una madre somete a su pequeño el primer día de cole). A pesar de ello, en numerosas ocasiones deja entrever la pequeña
ninfa de metrópoli que guarda bajo su madura apariencia.
Antes de emprender su viaje a tierras nuevas sus días transcurrían normales. Era buena estudiante y no tenía miedo a nada, pero eso ya no es el presente. El presente es un idioma que ahora está empezando a entender, unos sentimientos que está descubriendo, y un sueño que le mantiene ocupado el pensamiento. El pretérito le invade la mente multitud de veces, y por unos instantes vuelve a su patria: el bosque donde viven los duendes y las hadas. Pero ya ha aprendido que sólo son recuerdos. Recuerdos de cuando vivía en la montaña más alta del reino del conde Drácula.
Mientras, ella sigue tratando de encontrar su sitio en este globo, el cual piensa que se le escapa por momentos. Se escuda en la academia de los musicos del sol, de la que un día os hablé. Y refugia; bajo su armoniosa y dulce voz, y entre las palabras que salen de su boca con temor y un bello acento eslavo, sus miedos. Su eterno miedo a ser rechazada, otra vez.

miércoles, 18 de junio de 2008

Sarcástica comedia

¡Qué ironía! -pienso ultimamente bastante a menudo. El paso del tiempo lo parece, la historia personal de cada hombre o mujer es puro sarcasmo. Los humanos somos, creo, bastante impredecibles. Tan pronto encontramos lo máximo como que nos quedamos bajo mínimos, sin nada que nos haga retomar la senda.
De esta forma, el cuento adquiere valores nuevos: el príncipe desea ser campesino, para no ser reconocido y poderse permitir el lujo del fallo; y el campesino desea ser príncipe, para así no tener que matarse a trabajar por comer una rebanada de pan de ayer, y poderse permitir el lujo del descanso... así es el ser humano. De la misma forma: aquel que besa los labios de una princesa de cuento anhela en lo más profundo de su ser rozar los labios de una criatura mágica nocturna; y sin embargo, aquel que duerme con la criatura mágica se enamora de la princesa de cuento. Imprevisible. Tan ocultos son estos pensamientos que sólo aparecen en la realidad más latente: el mundo de los sueños, el mundo freudiano; aquel que tantos quebraderos de cabeza nos regala sin pedir nada a cambio.

Somos incomprensibles, decía, porque paliamos nuestros miedos más profundos intentando destacar en algo. Así, hay quienes escriben textos, cortometrajes, hacen fotografías, regalan rimas a un papel, incluso leyendas o cuentos... porque se consideran unos perdedores; o quizás son unos perdedores por querer abarcar todas esas ciencias a la vez. Ironías.
Lo cierto es, que alguien de arriba tiene que estar riendose de la vida, como si se tratase ésta de una comedia negra de, por ejemplo, Woody Allen. Ría usted, el que habite allá, pues así todo este circo, al menos, habrá servido para ello.

lunes, 16 de junio de 2008

Carta sin destino especificado

Por fin, abuelo, por fin... De una vez por todas, nuestro querido Rayo está en Segunda División. Creo que fuiste la primera persona a la que recordé cuando se acabó el partido. ¡Qué felicidad! ¡Cuánto tiempo hacía que no vivíamos un ascenso! Yo sé que estabas ahí, lo supe cuando me fundí en el abrazo del final del partido con mi padre y mi hermano. En ese abrazo estabas tú, había una fuerza extraña que sólo podías ser tú (nadie más es del Rayo en la familia). Lo supe, como supe que ascenderíamos este año en el momento que conocí que el Rayo había ganado en el mismo día en el que tú empezaste tu viaje. Dicen que tras los caminos tortuosos vienen grandes metas, y parece que en mitad de tanto contratiempo, nosotros teníamos que llevarnos una alegría. Algunos lo llaman "karma", pero ahora no es el momento de discutir si es así o no.
Lo supe, decía, como una de las cosas que se me revelan de buenas a primeras. Seguramente hayas disfrutado viendo el partido, y hayas sufrido, como todos los que lo hemos hecho. Al fin y al cabo, es lo que nos toca; como siempre decimos, somos como el Atleti.
Al terminar el partido bajamos al cesped. Es la primera vez que lo hago, y lo pasé genial. Por lo demás, ya estarás enterado de todo lo que pasa en nuestra vida. El año no está siendo una maravilla, pero como siempre, nos sobrepondremos luchando. Así es como nos han enseñado a hacerlo, ¿verdad?
No sé si leerás esto, si allá donde estés tendrás tiempo para dedicar a esta carta. Supongo que sí. No espero respuesta, ya recibiré alguna señal de que lo leíste y seguiré escribiendo en otras ocasiones.
Desde aquí abajo, un abrazo y Aupa Rayo abuelo. Tu nieto.

viernes, 13 de junio de 2008

Cuentos, de Edgar Allan Poe

Toda crítica que haga yo a este autor carece de validez, pero como es costumbre, aquí la escribo. La verdad es que no me los he leído todos, porque son muchos; y pienso que los relatos cortos, si son del mismo autor, es mejor disfrutarlos en pequeñas dosis. Sin embargo, si puedo decir que con los que he leído hasta el momento, me ha bastado para recomendarlos.
Los relatos de Poe son, por lo general, una mezcla entre género policiaco, misterio y terror. Además, la forma de narrar las historias es genial y mantiene la atención del lector en todo momento. Si te gustan estos géneros, sería interesante que llevases a cabo la lectura de algunos de sus cuentos (yo personalmente recomendaría Los crímenes de la rue Morgue, El misterio de Marie Roget o Berenice, entre otros tantos.
Lo que destacaría de los cuentos es el ambiente que crea el narrador, digno de una película de Tim Burton; que se confiesa fiel admirador del escritor, y que reconoce haberse empapado de la literatura de Poe para crear su propio universo. Además, los textos del autor han inspirado grandes del cine, como El Cuervo (en la que se recitan versos de un poema suyo) o numerosas cintas de serie B.
Su influencia no queda sólo en el cine, sino que grandes escritores de la literatura le deben cantidad de sus escritos. Algunos de estos escritores serían Jorge Luis Borges, Arthur Conan Doyle, Oscar Wilde, Julio Cortázar... y un largo etcétera.
En definitiva: una gran colección de cuentos, que en pequeñas dosis, o en una sola dosis (según los gustos de cada uno); puede resultar muy gratificante y enriquecedora. No más.

martes, 10 de junio de 2008

Sobre el porqué de contar historias

Los humanos tenemos una fuerte tendencia a contar historias. El orígen de esto es incierto, pese a la enorme cantidad de estudios que se han llevado a cabo en el tiempo. Algunos gramáticos, conocidos como generativistas, explican que al nacer tenemos una serie de competencias innatas, entre la que se encuentra la llamada competencia narrativa, que nos facilita la comprensión y la exposición mediante cuentos.
Yo, que cuento historias, lo hago porque no encuentro otra manera de exteriorizar lo que fluye por mi mente. Cuando nada es capaz de sacarme de las sombras, excepto la lectura y el cine; escribo historias, cuentos. Alessandro Baricco dice que cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias.
Mi amigo Loren hacía, hace pocos días, una reflexión sobre la escritura en la que ésta sirve para conocernos a nosotros mismos a través de lo que plasmamos en el papel. No encuentro, a día de hoy, definición más acertada.
De esta manera, las noches largas en busca de historias, con el cartel de "Se buscan musas" colgado; tomarían un valor más humano y existencialista, y no quedarían sólo en historias. Con los relatos, el escritor es capaz de decir aquello que no se atreve a expresar en condiciones normales. Por tanto, la capacidad de contar historias es algo realmente importante y algunas de las razones por las que es tan recurrida son, para mi, las que se citan en esta reflexión.

La perla, de John Steinbeck

Hace unos días me dejaron un libro. Gracias amigo. El único pretexto que pedí fue que me dejase un libro no muy largo para poder leer en los tiempos muertos de que dispongo. Así fue, enseguida que escuchó mi petición, mi amigo me sacó este relato y me aseguró que me gustaría. Acertó.
La historia comienza cuando un humilde pescador, Kino, conoce la enfermedad de su pequeño hijo, Coyotito; causada por la picadura de un escorpión. Entonces, para poder costear el tratamiento médico de que precisa el niño, Kino se lanza a buscar alguna perla que sea suficiente para ello. Es entonces cuando encuentra algo que le hará cambiar su posición ante los demás.
Este libro es genial, con una prosa fantástica llena de detalles y concisión. En sus páginas, Steinbeck trata temas tan humanos, como la codicia, la miseria y la envidia, siempre presentes en la trama de La Perla. Además, el autor de otras novelas, como Las uvas de la ira; consigue crear una atmósfera cercana en la que es posible palpar los sentimientos de los protagonistas.
Con un sorprendente final, estoy seguro de que la lectura de este breve relato no te dejará indiferente. Es magnífico que, en tan pocas páginas, Steinbeck logré crear una historia tan completa; aunque, si bien es cierto, a buen entendedor pocas palabras bastan, y un buen escritor debe saber escribir sin abusar excesivamente de las palabras.
En definitiva, aconsejo esta lectura, muy breve, y agradezco a mi consejero, en este caso, su recomendación.

sábado, 7 de junio de 2008

El señor Luis

Camina por las calles en las que vive desde que era un chaval. El barrio de Chamberí le recibe siempre con los mismos adoquines antiguos, con sabor castizo. Cada vez que detiene sus pasos, lo hace por un motivo; otorgarle su mayor valor a alguna persona que considere digna de ello. Este valor del que os hablo es su sonrisa, que muestra su funda dental dorada, lo que le da un aspecto más interesante y una importancia que quien sabe si algún día tuvo.
Desde la calle Viriato hasta Álvarez de Castro, pasando por Eloy Gonzalo y otras tantas avenidas del distrito; le acogen desde que tenía una corta edad y era un adolescente hasta hoy, a sus "ochenta y tantos" años. Étapa de adolescencia, decía antes, que recuerda cuando pasa por el quiosco de prensa, en el que siempre se para a conversar. El clásico "¿Qué hay, chaval?" con el que saluda todos los días, se echa de menos allí cuando no llega. Al joven que pasa la mañana en el quiosco, le alegra su fugaz paso por allá, en el cual siempre dedica alguna bella palabra. A veces, le recuerda a su abuelo, que ya no vive aquí abajo; y a Luis, el muchacho le recuerda al nieto que algún día fue y que, ahora, recuerda con nostalgia.
Tras su andadura, descansa en la cafeteria Cisneros, donde disfruta de un delicioso pincho de tortilla y de una agradable charla con el dueño, que igualmente le espera casi a diario. Prosigue su camino a casa, hasta por la tarde no dará otro paseo, pero entonces será distinto.

viernes, 6 de junio de 2008

Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez

Si dijese que no me ha gustado te engañaría, porque ha habido puntos en los que si me gustó; sin embargo, hacer lo contrario y elogiarle excesivamente también sería mentirte. No me gusta la sensación que me queda tras crearme expectativas con un libro (o película) y que al termino éstas se desvanezcan y se reduzcan a algo mucho más pequeño de lo que esperaba al principio.
El libro en cuestión trata la muerte de un chico, Santiago Nassar, que ya esta muerto cuando comienza el relato. La curiosidad y lo interesante de este libro radica en la forma de narrar la historia, en la que el autor narra en forma de reportaje periodístico, haciendo honor a su título.
El autor encuentra la fórmula del reportaje, a veces, incluyendo informaciones relacionadas con la trama en forma de declaraciones, que el personaje va recogiendo en su investigación y recopilación de datos e informaciones sobre el caso. Destaca, además, la inclusión o mención de algunos de sus personajes de otras novelas escritas por él, como Aureliano Buendía (Cien años de soledad).
Se dice que es la obra más realista de Gabriel García Márquez, debido a que la historia central está basada en un hecho veraz, ocurrido en 1951. En el transcurso de la novela, que transcurre practicamente en 24 horas; el autor trata diversidad de temas, como la violencia, el honor y la fatalidad; guiada por la casualidad en algunas ocasiones.
En definitiva, un libro entretenido; para mantenerte un rato expectante antes de resolver el porqué y los mecanismos del crimen de los hermanos Vicario sobre Santiago Nassar.

miércoles, 4 de junio de 2008

Cada escritor tiene su pluma

Todo escritor tiene una pluma, su pluma. En el momento que una pluma llega a tus manos, es que alguien así te considera, si lo cree así quien la otorga. A veces, se necesitan de varias plumas para que llegue a tu escritorio la que de verdad es tuya. Enseguida lo descubres, al roce con la yema de los dedos, los textos empiezan a escribirse en tu mente, uno detrás de otro, sin descanso.
No es el escritor quien elige la pluma, sino al revés. La pluma elige a su dueño, al igual que la varita mágica elige al suyo. Hablando de magia, ésta aumenta si el que te hace llegar la estilográfica es otro escritor, que también tenga su pluma. Entonces se establece un vínculo inseparable. Aunque después haya un distanciamiento, el lazo creado entre ambos con el regalo es irremplazable.
Conozco a varias personas, que tienen su pluma, que la recibirán, o que alomejor han recibido una, pero aún no es la suya, porque está en el proceso de elección de su dueño; personalmente, creo que yo pertenezco a éstos últimos... Mi amigo Loren tiene que tener una pluma, si no es ahora, en el futuro, sin duda; mi amiga escritora la debería tener también, y sino, seguro que la tendrá; y otro gran número de personas...
En el pasado, todos los grandes tuvieron su pluma, estoy seguro. Pablo Neruda tendría una preciosa para escribir poemas tan bellos, Miguel Hernández escribiría con una que posiblemente fuese negra, como su destino; Rafael Alberti una azul, como su anhelado mar, al que regresaría a través de sus poemas terrestres; Virginia Woolf también tuvo una, Dickens, Lorca...
Yo, mientras, sigo escribiendo con mi pluma, que no es la mia; esperando que venga a mi la que se convierta en mia, y con la que, simbioticamente, consigamos los textos esperados.

martes, 3 de junio de 2008

La melancólica muerte del Chico Ostra, de Tim Burton

Hoy he leído otro libro breve. Los largos ratos que parecen perdidos me ofrecen un valioso tiempo para dedicar a la lectura. El libro en cuestión es el que veis en la imagen, del cineasta Tim Burton (Ed Wood, Eduardo Manostijeras, Sweeney Todd...).
Es una recopilación de poemas e ilustraciones creadas por la espectacular mente del director. Un conjunto de niños marginados y diferentes al resto, al más puro estilo Eduardo Manostijeras o Vincent (el niño del corto que escribió); que lejos de dar miedo, a pesar de la oscuridad de sus historias, llegan incluso a enternecer al lector y sacarle una sonrisa complice.
Si te gusta Burton, es una lectura muy interesante en la que puedes contemplar, de nuevo, la infinidad de sus pensamientos y su imaginación prodigiosa; y los excelentes e inimaginables resultados de poner en práctica estas facultades. Ya sabía que Tim Burton era un artista en estado puro (ilustrador, director, guionista, poeta...), pero tras leer esta obra lo he terminado de confirmar.
En definitiva, que no puedo decir nada más, sino que echéis un vistazo a los poemas y a los dibujos, que merece la pena y no lleva más de un par de horas. Como ya presagiaba cuando recaló en mis manos, una gran lectura, una pequeña obra de arte.

lunes, 2 de junio de 2008

Los músicos del sol

Existe allá por el sol una academia de música. Una academia de música de lo más variopinto en la que músicos de todo tipo se reúnen asiduamente, como si de un templo se tratase, para hacer aquello para lo que nacieron y que muchas veces tienen que relegar a un segundo plano.
A aquel lugar acuden desde una chica corriente de pelo dorado que sueña con ser princesa, hasta un acordeonista, como los de las calles bohemias de los barrios parisinos, que viste de negro y toca en una tuna que alegra las noches a la mismísima luna; pasando por un chico gracioso y alegre con un chorro de voz melodioso que ameniza las tardes calurosas, un pianista de enormes ojos que hace tocar, a través de la yema de sus dedos, el mismo cielo; o su alegre y dormilona compañera, que también toca el piano y que enamora a los demás con tan solo una sonrisa. Un médico aficionado a la música, un bailarin callejero que disfruta tocando su saxo y afinando su voz...
Al llegar a la puerta, el calor aumenta, la superficie es calurosa y, sobre todo en estos días lluviosos, invita a quedarse. En el umbral aguarda la madre de todos ellos, incluso mía, siempre con buenas palabras para recibir a sus chicos. Los profesores, graduados en las ciencias de las artes, son practicamente como unos alumnos más. Un chico no mucho más mayor que ellos, el aparente director de la escuela (porque allí nadie manda) les enseña y les dirige en su objetivo de crear una orquesta y representar un musical.
Creo que esta academia, situada en el punto más álgido del sol, merece una reseña y algo más que un simple texto. Allí la diosa Música campa a sus anchas, entre laureles y vitores, como en casa.

Carta de una desconocida, de Stefan Zweig

Una lectura fantástica sin lugar a dudas. Seguramente es uno de los libros más geniales y más atípicos que he tenido en mis manos desde que mi mente empezó a disfrutar con la literatura. La idea parte de un escritor que recibe una misteriosa carta sin remitente, el día de su cumpleaños. "A ti, que nunca me has conocido", se lee en el encabezamiento como si de un título se tratase.La curiosidad del escritor le hace iniciar la lectura de la misiva, que desde el primer momento muestra extrañas vivencias y hechos sobre multitud de hechos. El escritor, al no especificar la carta remitente, ni dejar claro el destinatario; duda sobre si será una carta para cualquier destinatario que la encontrase o si, por el contrario, estaría escrita exclusivamente para que sus ojos, y sólo los suyos, la leyeran. Pronto lo descubrirá.
La narración de Zweig es magnífica, y llena de sentimiento; como si de él se tratase y fuese el autor real de la carta. Por lo demás, no queda mucho que contar, y no se debe revelar ningún misterio.
Un breve libro que constituye una pequeña maravilla en algo más de 60 páginas, de muy fácil lectura y con una historia realmente genial. Yo, personalmente, lo recomiendo, sin ninguna duda.

domingo, 1 de junio de 2008

Pequeña Miss Sunshine, de Jonathan Dayton y Valerie Faris

Dulce, tierna... no sabría ponerle un adjetivo. Cuando se trata de los sueños, y más si son los de un niño; todo vale la pena. Perderse por mil caminos, renunciar a cientos de posibilidades, perder un trabajo, renunciar a una ilusión; todo merece la pena por una sonrisa y sobre todo si es de una niña tan dulce como Olive (Abigail Breslin).
Esto es el argumento de esta bella cinta, que tras su apariencia de ser una simple película para entretener; guarda un transfondo mucho más profundo que eso. Un buen día un golpe de la vida, hace que la niña Olive Hoover pueda llevar a cabo uno de sus sueños: participar en el concurso de belleza infantil "Pequeña Miss Sunshine".
La familia de Olive es, quizás, una de las familias más peculiares y desestructuradas de los últimos años del cine. Un abuelo un tanto inusual, llevado a la pantalla por un gran Alan Arkin, que obtuvo el oscar al mejor actor de reparto por esta interpretación; un adolescente que ha dejado de hablar (Paul Dano); un padre obsesionado con la victoria que divide las personas en dos: triunfadores y fracasados, interpretado de forma muy brillante por Greg Kinner; y por último, un tío homosexual recién llegado a la familia tras intentar suicidarse, Frank (Steve Carell). Desde mi personal punto de vista, este último es el mejor papel de toda la cinta, junto con la propia Abigail Breslin y a Alan Arkin; y seguramente el mejor papel del actor en su carrera hasta el momento.
La cinta muestra el cómico viaje que realiza la familia para poder llegar al concurso de Olive a tiempo y que pueda cumplir su sueño. Pese a ser un viaje gracioso y que te hará reir; más profundamente la película es capaz de hacer pensar sobre algunos de los temas que más candencia tienen hoy en nuestra sociedad.
Es interesante reparar en la conversación que mantienen Frank (Steve Carell) y Dwayne (Paul Dano) sobre el puente que se levanta sobre el mar. También me gustó especialmente la tierna conversación que mantiene Olive con su abuelo en la noche que pasan en el motel de carretera.
Sobre toda esta superficie de comicidad, el film es un alegato a las sorprendentes recompensas obtenidas por una familia de perdedores fracasados, en un mundo que está obsesionado por la victoria y los nuevos cánones. Sin duda, una película que pasará a ser de mis favoritas, por su complejidad y los valores que transmite.