domingo, 27 de abril de 2008

Match Point, de Woody Allen

En ocasiones la vida es como un punto de un partido de tenis, golpea la red y depende de la trayectoria que tome tras ello, ganas o pierdes. Match Point trata sobre el ascenso social de un ex-jugador de tenis, Chris (Jonathan Rhys-Meyers) que se dedica a impartir clases de ese deporte. En un giro de azar se encuentra con una familia de la clase alta inglesa y allí se enamora de la hija de la familia, Chloe (Emily Mortimer). Dentro de esta familia conocerá a Nola (Scarlett Johansson), la novia del hermano de Chloe, interpretado por Matthew Goode. A partir de entonces, Nola se interpondrá entre Chris y Chloe, y la pasión y el miedo a sentir guiarán los actos de Chris.
Una película increíble, de principio a fin, con un argumento aparentemente sencillo y clásico; pero que mantiene la tensión e intriga hasta el final. Si tuviese que quedarme con algo de la película, me quedaría con la escena introductoria, la primera aparición de Nola (Scarlett Johansson) y la última media hora del film.
Algo realmente bien pensado y maquinado por Woody Allen, con una interpretación muy buena de Scarlett Johansson (a mi juicio), como una mujer especialmente insegura bajo un aspecto de femme fatale. En esta cinta, el director se lanza a explorar las consecuencias de los actos en las relaciones sentimentales y la suerte tan dispar que ofrece la vida.
Todo encaja perfectamente, nada sobra. Desde el discurso inicial de la red, magistralmente aplicado posteriormente (de una forma inimaginable); hasta el implacable final (sin adjetivos que logren calificarlo); pasando por la espectacular y adecuadísima banda sonora de la película.
Simplemente, una obra de arte en todos sus aspectos.

viernes, 25 de abril de 2008

La canción de María

Ayer estuve todo el día con una canción en la cabeza, de ese continuo tintineo salió esta historia, que espero les guste.

En el café estaban sentados en una mesa. María, así se llamaba ella, y el chico no lo sabremos. La conversación era agradable y en un momento dado giró hacia el tema de la música. Entonces, algo hizo que la atmósfera cambiara, y el universo lo percibió.

- Con tu nombre se han escrito canciones muy bonitas. A mi me encanta una de Los Secretos, seguro que la conoces -comentó en ese momento el chico.

María experimentó una sensación de opresión en el pecho. Muchas veces había podido hablar del tema sin problemas, pero hoy era un día especial; se sentía un poco más sola. Ahora su compañero se habría quedado sin palabras, habría pensado que estaba loca... no querría volver a tomar café con ella. Lo sentía, de verdad. Sentía no haber sido capaz de mantener la compostura y explicarle qué pasaba con esa canción.

Tras la caminata hacia su casa, por fin llegó y puso la radio. Pero cuando algo quiere llegar a ti y ser transmitido no hay nada que lo detenga. Nada más poner el interruptor en "On" lo primero que escuchó fue aquello que menos deseaba escuchar en ese instante. Los versos retumbaron como tambores en sus oídos.

"Agárrate fuerte a mi, María,
Y no llores más por mi
Volveré a por tí algún día,
y escaparemos de aquí"

Lo dicho, como tambores que retumbaban sin cesar en su cabeza. Parecía como si alguien le tratase de decir algo. Pero no estaba surtiendo efecto, pues una lagrima ya caía besando sus mejillas. Entonces lamentó más que nunca no haber dicho a su acompañante que aquella canción se la habían escrito a ella hacía unos años; y alguien a quien apenas conoció. Si lo hubiera hecho, quizás, quien sabe, él podría estar abrazandola en ese momento...

miércoles, 23 de abril de 2008

Sant Jordi. Día del libro.

Sonriente caminaba por una calle de las más góticas de la ciudad. Le habían hecho un regalo al pasar por la librería. Un libro, y con el libro una rosa, y con la rosa una sonrisa, y con ella una pizca de felicidad; algo muy difícil de regalar. Mira a su alrededor y todos son una pizca más alegres hoy. Bendice aquel día en el que Sant Jordi se convirtió en un día de los enamorados para Cataluña, allá por el siglo XV. Le encanta ese día, pese a haberlo vivido tan solo en dos ocasiones.

- ¿Por qué se regalarán rosas, si es el día del Libro? -preguntó a su amiga, ya que llevaba poco tiempo en Barcelona.

- Verás, guapa -atajó un señor que estaba leyendo a su lado cuando pasaron- La tradición es antigua. En la Barcelona del Siglo XV, se celebraba la Feria de los Enamorados en el día de Sant Jordi y a las mujeres que acudían a misa en la capilla dedicada al santo recibían una rosa como regalo -concluyó el hombre.

- Ahora se regala un libro también como conmemoración del día del libro, lo cual lo hace aún más bonito -añadió su amiga.

- Exacto y evidente -contestó el hombre.

En ese momento, ella percibió algo extraño en la voz del hombre, pero no supo concretar el qué (si la propia voz, la frase...) Entonces el hombre levantó la cabeza y bajo su sombrero dejó entrever una sonrisa muy conciliadora y a la vez, misteriosa.

Tras pasar la tarde con su amiga, regresó a casa y miró su libro. Cuando lo giró para ver la contraportada se llevó una sorpresa mayuscula. La foto mostraba al hombre con quien había mantenido aquella agradable conversación hacía unas horas, y en la primera página estaba escrito con pluma:

"Para que nunca olvides el origen de la tradición de Sant Jordi. Con cariño"

Y la sonrisa de hace unas horas volvió a dibujarse en su cara. Entonces comprendió porque le había resultado tan familiar su voz.

domingo, 20 de abril de 2008

Ed Wood, de Tim Burton

Una buena representación sobre la vida del director Edward D. Wood Jr. Dirigida por Tim Burton (esta vez sin su eterno músico Danny Elfman), nos sumerge en las ambiciones cinematográficas del director, productor, guionista y actor que años más tarde sería considerado el peor. Interpretado por Johnny Depp, Ed Wood intenta captar productores para poder llevar a cabo sus proyectos cinematográficos de serie B. En su camino, se encontrará con Bela Lugosi (Martin Landau), conocido por su interpretación de Drácula y uno de los ídolos de Wood (el otro es Orson Welles, que posteriormente es caracterizado por Vincent D'Onofrio).
En el film veremos la relación entre el actor y el nefasto director mediante la historia de los rodajes de sus extrañas películas. Además, la película retrata las excentricidades de Ed Wood y los problemas de drogas Bela Lugosi.
Si no conoces la historia de Ed Wood, mejor que leas algo sobre su vida y obra. Así la película te gustará o no, pero si no sabes nada, ni siquiera la entenderás.
Esta película supone un especie de homenaje a las películas de serie B que se hacían antes en Hollywood, y con su blanco y negro aporta un tono antiguo que se asemeja a las producciones de entonces.

Manual del guerrero de la luz, de Paulo Coelho.

Este libro se trata de una serie de artículos que publicó el autor en la columna Maktub del diario Folha de Sâo Paulo entre 1993 y 1996. Con su estilo característico escribe más de 100 pequeñas historias en las que ofrece su particular filosofía de vida, en ojos del llamado guerrero de la luz. El guerrero de la luz trata de acercarse al lector, tratando de hacerle congeniar con el autor en ciertas ocasiones.
Los relatos que ofrece Coelho en esta publicación son de todo tipo, relativos a las batallas llevadas a cabo por el guerrero de la luz (las batallas del día a día), los obstaculos que encuentra el guerrero de la luz en su camino (los que encuentra cada persona en su rutina diaria) y muchos otros relatos tratados con el estilo espiritual del escritor brasileño.
Un libro que se lee rápido, similar en apariencia a Maktub, su otro libro de pequeñas historias; aunque más filosófico. ¿Qué más decirte? Pues que leyendo encontrarás aquello que esperas de Paulo Coelho. Si te gusta el autor, seguramente te gustarán los pequeños textos que ofrece este libro.
¿Existe un guerrero de la luz oculto en cada persona?

jueves, 17 de abril de 2008

Extraños en un tren

El hombre del que hablo estaba sentado en un tren abarrotado de gente en el que no cabía mucha gente más. Un niño hablaba con su madre pidiendo un sitio de una forma muy graciosa. En ese momento, el chico del que hablo, un inmigrante africano; se levantó y le hizo señas a un chico de unos veinte años para que avisara a la madre de que él le cedía su sitio.

- Baje, que este chico le deja su asiento -le dijo el chico a la madre con su niño.

La madre bajó y sentó a su hijo en el asiento que hasta hacía un minuto ocupaba este señor.

- Gracias -le dijo, sonriendo, al chico que se levantaba buscando un lugar donde colocarse.

En la siguiente parada se despejó el vagón y el chico, contento con su buena acción, se pudo sentar. En el mismo conjunto de 6 asientos se habían sentado el adolescente al que había hecho las señas hacía un momento. Curiosamente, el chico y las dos chicas que le acompañaban estaban hablando de su tierra, la madre tierra África.

- Es que tú llegas allí y dices Mohammed y ni ellos te entienden. Ellos dicen algo así como "Muhamma" -decía una de las chicas a los demás-. Cuando estuve en el Sahara, que allí se llamaban así muchos, cuando decíamos Mohammed se partían de risa -concluyó.

El inmigrante escuchaba atento la conversación y cuando escuchó eso, hizo un gesto de aprobación y sonrió al chico que iba hablando con la chica. El chico le devolvió la sonrisa. Después, las chicas seguían hablando y el chico que las acompañaba se evadió en la conversación que dos mujeres desconocidas mantenían sobre los aglutinamientos que se producían en las puertas del tren en cada parada. Cuando los dos se quisieron dar cuenta, estaban dentro de la conversación; charlando alegremente con las dos mujeres. ¡Qué buena gente se encuentra uno de vez en cuando! -pensó el chico. La megafonía anunciaba la siguiente parada y, en ese momento, la gente ya se levantaba. El chico africano se levantó, cogió su mochila y cuando levantó de su asiento, le dio una palmada en el brazo al otro chico que acababa de "conocer". El chico respondió con un alegre hasta luego y continuó hablando con sus compañeras, con una sonrisa en la boca.

Resulta que sacarle una sonrisa a alguien o que alguien te la saque a ti, solo depende de la predisposición de cada persona ante ello. Adoro los viajes en tren, si en ellos encuentro gente alegre.

martes, 15 de abril de 2008

Olor a humedad

Se apeó de su tren cuando la noche había caído hacía unos minutos; en el horizonte aún se divisaba el color indescriptible del cual se tiñe el cielo nada más ponerse el sol. Inspiró una enorme bocanada de aire. Extrañamente lo notaba puro, olía a humedad, pero no la corriente; ese olor a humedad de cuando hace calor. El olor de cuando el cesped está recien cortado por algún gran jardinero (quizás Eduardo Manostijeras) y algún jardinero lo riega con su maña y cariño. Le encantaba ese olor y se quedó parado simplemente respirando ese aire que le llenaba sus pulmones. Parecía que la lluvia se vencería sobre su cara, tan alegre, en cualquier instante. Pero daba igual. La gente se paraba a mirarle, se extrañaba, porque la felicidad espontánea causa una sensación de rareza en las personas que la observan. Algunos reían cuando le veían, pero a él le daba igual; con ello habría conseguido hacer reir a varias personas, con lo que su acción de ser feliz tendría sentido. Y a ustedes, ¿les gusta el olor a humedad? ¿Y que le gente sea feliz y sentir su felicidad?

domingo, 13 de abril de 2008

Juno, de Jason Reitman

Si me pidiesen describir esta película con una sola palabra, diría que es única. Una tierna historia en la que Juno (Ellen Page), una adolescente de 16 años se queda embarazada tras pasar una tarde con un compañero de clase, Bleeker. La película muestra como afronta ella la nueva situación. Juno, de carácter amable y sarcástico, y guiada por sus propias normas; decide encontrarle al bebé una pareja que sepa cuidar de él y que no tenga la posibilidad de concebir un niño. Tras buscar por la ciudad, encuentra a Mark y Vanessa, y decide que es la pareja perfecta; todo ello con ayuda de su padre y su madrastra. Sin embargo, según avanza el tiempo hacia su salida de cuentas, Juno descubre que la vida de la pareja que adoptará su hijo es bastante diferente de lo que ella creía. Juno resuelve sus problemas con una actitud encantadora ante la vida, y con una filosofía muy peculiar. Esta no es la típica historia americana, va un paso más allá y muestra distintas filosofías y reacciones ante el camino que conforma la vida. Todo ello respaldado por una excelente interpretación de Ellen Page en el papel de Juno; completando cada texto del guión con un sutil repertorio de gestos y con una personalidad muy propia; que le valieron una nominación de la Academia a la mejor actriz principal. La película fue ganadora del Oscar al mejor guión, escrito por Diablo Cody y nominada a otras tres estatuillas: mejor dirección, mejor película, mejor actriz principal (Ellen Page).

sábado, 12 de abril de 2008

Tango (I)

Dos personas bailan, primero con los pies en el suelo, para más tarde elevarse y bailar en escenarios recónditos. Ella con un bonito vestido rojo, sensual, preciosa. Baila con su pareja un tango. No sé si existe algo más bello que el tango. Lo cierto es que lo conocí hace no mucho, en una obra de teatro de una compañía local. Antes de eso, no conocía mucho relacionado con el tema; y quedé impresionado. Mientras, la bailarina sigue su baile allá por las nubes, Madrid, el mar, Río de la Plata... Sin soltarse no deja de mirar a los ojos de su pareja, creando una cálida atmósfera, testigo de una preciosa imagen inmortalizada en la retina del que posee la fortuna de poder observarla. Lo bueno de este estilo es que cualquier canción que se acople a sus clásicos ritmos resulta sugerente, y anima a sus amantes a empezar a bailar; desde Volver del genio Carlos Gardel hasta la versión tango de Roxanne de Moulin Rouge. Creo que aquel o aquella que lo ha visto alguna vez en directo, no puede evitar recordarlo con tan sólo escuchar alguno de sus acordes; y algo les llama a quedarse para volver a verlo. ¿No les ha pasado lo mismo alguna vez? La pareja sigue en su tarea, no la olvida ni un sólo instante. Sigue profundamente inmersa en la danza, como medio de evasión. Parece seria, pero la felicidad se lleva por dentro. Sólo quiero pedir una cosa más, no dejen de bailar. Y gracias Buenos Aires...

jueves, 10 de abril de 2008

Cometas en el cielo, de Marc Forster

Cientos de cometas surcan el cielo azul entrelazandose entre ellas y peleando por la victoria en una capital de un precioso país. Hasta aquí podríamos estar hablando de Madrid, Paris, Londres o cualquiera de las ciudades que se estén imaginando en este momento. Pero no. La ciudad de la que hablamos es Kabul, la capital de Afganistan. En ella, dos pequeños amigos, Amir Jan y Hassan; un chico de otra etnia, compiten juntos por el campeonato de cometas. Tras el final del campeonato, una suceso desencadenará una espiral de resentimientos y activará un catastrófico mecanismo que hará que reine la frialdad y la distancia entre ellos.
Tras una vida completamente distinta con su padre en otro lugar del mundo, Amir (Khalid Abdallá) decide volver a la ciudad donde se crió para reparar el daño que en su momento causó y que no pudo olvidar jamás. En su estancia en Afganistan le tocará descubrir como ha cambiado su país en los años que ha estado fuera: los talibanes han llegado al poder y han eliminado todas los símbolos que les recordarán su pasado soviético; implantando así su nueva cultura y sus costumbres.
La película es magnífica, una adaptación de la novela de Khaled Hosseini que te mantendrá pegado a la pantalla con los sentimientos a flor de piel durante todo el tiempo que dura el film. El reparto de actores es excepcional, sobre todo la interpretación del padre de Amir Jan, Baba (Homayoun Ershadi) y de Rahim Khan (Shaun Toub).
En definitiva, una gran película llevada a cabo por el director norteamericano Marc Forster; que retrata a la perfección el ambiente que reína en el país afgano y los sentimientos de los personajes.

martes, 8 de abril de 2008

El mejor panadero del mundo

El panadero estaba haciendo sus panes con el mismo cariño que lo hacía cada mañana. Para él, su oficio era arte. Podía hacer cualquier cosa con el pan. Algunos le llamaban “el mejor panadero del mundo”, pero seguía trabajando en su humilde local en Paris. Su nombre era Lionel, Lionel Poilane. Su trabajo no habría alcanzado las posibilidades que él sabía que podía llegar a alcanzar sino fuese porque un buen día, allá por 1968 llegó a su tienda un bohemio artista español. Salvador, ese era su nombre. Cuando entró por su puerta con ese aspecto tan extravagante, Lionel no alcanzaba a imaginar que gracias a él daría rienda suelta a su ya casi olvidado sueño: hacer arte del oficio de panadero. Su semblante se tornó incrédulo cuando le pidió que creara un pan eterno, pero accedió a intentarlo; al fin y al cabo, sólo él podría lograrlo. Sin embargo, su sueño se haría realidad una mañana gris y etérea de las que sólo puede ofrecer Paris. Salvador, que también atendía al nombre de Eugenio, entró decidido a su pequeña fábrica y le pidió una jaula hecha de pan.

- ¿Por qué quieres una jaula fabricada con mi pan? –preguntó el panadero.

- Así, mis pájaros recuperarán su libertad, o no, en función de su voracidad –respondió alegremente el pintor.

lunes, 7 de abril de 2008

Cantando bajo la lluvia

Bajo la intensa lluvia cantaba. Saltaba, brincaba, reía... era feliz. No hay días más cinematográficos que los días de lluvia. Me encantan, los adoro; sobre todo si pasan en buena compañía. Los días de lluvia las calles toman una luz de extraño tono, que inunda las esquinas y los portales de un tono amarillento oscuro. Bajo un paraguas, los ojos de la gente se limitan a mirarte, tan solo porque cantas, porque eres feliz. A la gente a veces le incomoda la felicidad, y yo no lo entiendo. Con lo bonito que es ser feliz. Con la preciosa escena que regalas a los ojos de la gente mientras cantas y corres bajo la intensa lluvia.
No entiendo lo que pasa por las cabezas de la gente. Yo sigo mientras, cantando bajo la lluvia, abrazado a un algo imaginario; quizás un fusil, como en "Soldados de Salamina".
¿Qué si cambiaría mi imaginario objeto por algo? Claro que lo haría, sin duda. Cambio objetos de valor por abrazos y momentos que recordar. ¿Alguien quiere cambiar alguno?

domingo, 6 de abril de 2008

El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry

La magía de las pequeñas cosas, de lo invisible, o de lo que no queremos ver. Un cuento que, bajo su apariencia infantil, guarda una reflexión profunda sobre la importancia de las cosas en la vida. Algo que toda persona debería cuestionarse alguna vez, por lo menos. Un cuento increíble que os enseñará muchas cosas sobre la vida, y sobre como vivirla. Os mostrará como saber apreciar las pequeñas cosas, que son las que realmente hacen la vida tan maravillosa como lo es, os enseñará a cuidarlas y a saber apreciar cada uno de sus valores. Un cuento que desde mi punto de vista tendría que ser de obligada lectura para todos, niños y adultos.
Relata la bonita historia de la vida del principito, que viaja a la tierra y vive numerosas situaciones de lo más absurdo, aunque de todas se saca una clara conclusión. La historia es contada por un piloto que se encuentra con el principito cuando trata de arreglar el motor de su avión, averiado en el desierto del Sahara mientras viajaba.
En el cuento, habla sobre la vida del principito, que vive en un planeta con tres volcanes y una rosa, con la que conversa a diario y la cual se convirtió en su fiel compañera. Además, aporta una reflexión bastante profunda sobre cada uno de los personajes con los que se cruza el principito en cada uno de los planetas que visita en su camino: el rey, el vanidoso, el bebedor, el absurdo hombre de negocios, y el tierno farolero, eternamente en plena labor. Al encontrarse con un geógrafo, este le encomienda viajar a la tierra, donde vivirá sus aventuras, y aprenderá a valorar aquellas cosas que las personas grandes llaman pequeñas. Y es que como el principito dijo para sus adentros durante su viaje: las personas grandes son, decididamente, muy extrañas.


jueves, 3 de abril de 2008

La leyenda del pintor

El pintor estaba sentado delante de su lienzo, recien terminado. En ese momento su mirada estaba perdida, vagaba por el horizonte que mostraba su ventana. Pensaba, quizás en su patria. Ni siquiera él lo sabía. Su personalidad había quedado relegada a un segundo plano, desterrada a un infierno mucho más profundo que aquel que todos repelían. Para él, era indiferente entrar allí o no: no creía en ningún cielo. Después de ver tanto horror la idea de que pudiera encontrarse algún día en algo así como un paraiso, era para su mente, un mero engaño. La ventana deparaba un ambiente prebélico sin concretar. El artista no dejaba de mirar al horizonte, como si en un segundo del que nadie esperaba nada; apareciese la torre más alta de su tierra al fondo, al alcance de una mano que se estirase.
De repente un estruendo... dos funcionarios que hablaban en alemán, un idioma que siempre le había parecido de lo más horrible. Cerró con fuerza sus ojos, tratando de que así sus oídos también dejasen de escuchar, pero fue tarea imposible.

- Y esto... ¿lo has hecho tú?

- No, lo habéis hecho vosotros.

martes, 1 de abril de 2008

Martin Luther King: un sueño que aún pervive

Si hoy tuviésemos que hablar de un personaje importante para la historia negra, sin duda sería Martin Luther King. El próximo 4 de abril se cumplen 40 años de su asesinato, del fin de su lucha por la igualdad racial. Su voz se convirtió en símbolo de lucha por los derechos y de la dignidad humana. En el momento de su muerte, el movimiento negro había conseguido importantes mejoras en su situación. Esta es su historia.
Nació en 1929 en Atlanta, hijo de un ministro baptista, y pronto se daría cuenta de que su condición racial iba a ser su cruz en una América racista. Lejos de incorporarse a algún tipo de lucha armada, aprendió a luchar pacíficamente con un arma mucho más poderosa: la palabra. Tras estudiar Teología en Boston investigó el pensamiento de Gandhi, que se convirtió en su idea central en su filosofía de la “lucha no violenta”. En 1954, fue nombrado pastor de la Iglesia Baptista en Alabama.
Así, pronto se convirtió en un referente en el movimiento por los derechos civiles. En una época en la que numerosos disturbios y protestas por las discriminaciones sufridas por el pueblo negro hacían tambalearse la visión de la lucha pacífica de Martin Luther King. De esta forma, empezaron a surgir nuevas tendencias que no apoyaban la lucha pacífica. El ejemplo más claro de estas disgregaciones es Malcolm X, que llegó incluso a llamar “traidor al pueblo negro” a Martin Luther King; mientras él seguía abogando por su mensaje de resistencia pacífica.
En 1963 dirigió la marcha hacia Washington, en la que pronunció su discurso más famoso: “I have a dream” (Tengo un sueño). El año siguiente, Martin Luther King fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su incansable trabajo en pro de los derechos civiles y del reconocimiento de los derechos del pueblo negro.
El día 3 de abril de 1968 llegó a Memphis para dar el que sería su último discurso, en apoyo a una huelga de basureros negros. Al día siguiente, cuando se encontraba en el balcón de su habitación; James Earl Ray, un hombre blanco que había escapado de la prisión, le disparó. Aquella tarde terminó, con 39 años, su sueño; el sueño que tuvo una noche y que le confió al mundo.

Publicado en Opinar.net