lunes, 7 de abril de 2008

Cantando bajo la lluvia

Bajo la intensa lluvia cantaba. Saltaba, brincaba, reía... era feliz. No hay días más cinematográficos que los días de lluvia. Me encantan, los adoro; sobre todo si pasan en buena compañía. Los días de lluvia las calles toman una luz de extraño tono, que inunda las esquinas y los portales de un tono amarillento oscuro. Bajo un paraguas, los ojos de la gente se limitan a mirarte, tan solo porque cantas, porque eres feliz. A la gente a veces le incomoda la felicidad, y yo no lo entiendo. Con lo bonito que es ser feliz. Con la preciosa escena que regalas a los ojos de la gente mientras cantas y corres bajo la intensa lluvia.
No entiendo lo que pasa por las cabezas de la gente. Yo sigo mientras, cantando bajo la lluvia, abrazado a un algo imaginario; quizás un fusil, como en "Soldados de Salamina".
¿Qué si cambiaría mi imaginario objeto por algo? Claro que lo haría, sin duda. Cambio objetos de valor por abrazos y momentos que recordar. ¿Alguien quiere cambiar alguno?

2 comentarios:

0000009 dijo...

yo te cambio mil sonrisas de soldado por 100 batallas perdidas, puequeño principe de las palabras

Loren dijo...

Me ha encantado este texto, me has devuelto la tarde tan amena y divertida que hemos pasado.
A mí también me encanta la lluvía, quizás porque soy un cinéfilo sentimental.

Un abrazo.