Todos los escritores tienen entre sus novelas alguna favorita. Para Zafón, según dice en el prólogo, ésta es la favorita entre sus creaciones. Como es habitual en este escritor, su novela se ambienta en Barcelona, en esta ocasión en los años 80. El retrato de la ciudad es, como acostumbra, detalladísimo y muy especial.
Como es propio de su estilo, las descripciones se hacen muy extensas y, en numerosas ocasiones, innecesarias totalmente. Pese a ello, Zafón trama una historia de amor, pura, de las de siempre, a raíz de un lío entre antiguas empresas, que vuelve a la superficie de la ciudad más cosmopolita.
La que hace que todo esto salga a la luz de nuevo, involuntariamente, es Marina, que tras conocer la afición de su nuevo amigo, Óscar Drai, por los misterios sin resolver, decide llevarle al cementerio antiguo de Montjuic, para ver una extraña mujer completamente tapada de negro a la que observa desde hace tiempo. La mujer visita una lápida sin nombre, con tan sólo un símbolo tallado en el mármol.
La historia de amor se entreteje entre la casa de Marina y Germán, su padre; y las calles de la ciudad de Gaudí. Por otra parte, el argumento misterioso de la Velo-Granell, se va resolviendo -no sin la pertinente investigación- en los laberintos de calles del Barrio Gótico y el Raval. Zafón, fiel a su estilo, crea una historia de amor que se entrelaza con la historia de misterios, magia e investigaciones.
En el epílogo, el autor deja entrever que esta historia está fundamentada en una historia real. Con un final que, desde mi punto de vista, es el más emotivo de todos sus libros, consigue crear el sentimiento que le faltaba al resto de la novela. Una novela para entretener, lejos de obras maestras y grandes títulos que recordar, pese a no ser mala.
La que hace que todo esto salga a la luz de nuevo, involuntariamente, es Marina, que tras conocer la afición de su nuevo amigo, Óscar Drai, por los misterios sin resolver, decide llevarle al cementerio antiguo de Montjuic, para ver una extraña mujer completamente tapada de negro a la que observa desde hace tiempo. La mujer visita una lápida sin nombre, con tan sólo un símbolo tallado en el mármol.
La historia de amor se entreteje entre la casa de Marina y Germán, su padre; y las calles de la ciudad de Gaudí. Por otra parte, el argumento misterioso de la Velo-Granell, se va resolviendo -no sin la pertinente investigación- en los laberintos de calles del Barrio Gótico y el Raval. Zafón, fiel a su estilo, crea una historia de amor que se entrelaza con la historia de misterios, magia e investigaciones.
En el epílogo, el autor deja entrever que esta historia está fundamentada en una historia real. Con un final que, desde mi punto de vista, es el más emotivo de todos sus libros, consigue crear el sentimiento que le faltaba al resto de la novela. Una novela para entretener, lejos de obras maestras y grandes títulos que recordar, pese a no ser mala.
3 comentarios:
Está bien, y reconozco que cuando la terminé se me escaparon un par de lágrimas. Pero es un mix de novelas góticas, y creo que eso también debería reconocerlo. Y, más que los años 80, parece ambientada en otro tiempo, eso sí.
Yo la comparo más bien con un autómata de esos que le gustan tanto: pueden parecer humanos, pero si te fijas, se le ven los engranajes.
Un beso ;)
Está bien. El final me gustó mucho. Pero sus novelas son muy parecidas todas. Sobre la ambientación, tienes razón, aunque realmente Barcelona, actualmente, tiene momentos en los que parece que te transporta a tiempos lejanos...
Un beso para ti. :D
No se bien porqué, pero este es mi libro preferido. Tal vez sea por la historia de amor que Ruiz Zafón sabe entrelazar entre el misterio y como dijo Rosalie, ese mix de novelas góticas. Debo admitir que también hubo partes que me dieron MIEDO (de verdad) y quizás sea la mezcla de tantos sentimientos juntos lo que hizo que el libro guardara un lugar tan especial en mi corazón.
De todas maneras, hay que reconocer que este escritor realmente sabe escribir; sobre lo que sea... pero sabe hacerlo.
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