martes, 20 de enero de 2009

El pianista, de Roman Polanski

Los mundos imaginarios quedaron relegados fuera de la Polonia invadida por los nazis. Por eso, Roman Polanski, ganador del Oscar al mejor director, las aparta de su película. Sin embargo, aún en esas circunstancias, sobrevivieron las historias bellas e increíbles, tan emotivas como la de este pianista, Vladek Szpilman, judio y por lo tanto, ciudadano -o no ciudadano, mejor dicho- en apuros en aquellos tiempos.
La película se presenta cruda, e incluso violenta, en algunas escenas del principio, pero no merece la pena quitarla, la historia vence por si misma a éstas. Con el paso del tiempo -dos horas a priori largas- la situación en Varsovia va degradando: leyes discriminatorias, el famoso ghetto, y los campos de exterminio, con una larga lista de humillaciones e infamias intermedias.
Polanski trata de hacer un retrato situacional, a través de la historia de un pianista; que a la llegada de Hitler al poder, ya era un prestigioso y conocido pianista de renombre. Su vida discurría sin ningún tipo de complicación fatal: tocaba en la radio polaca y vivía con su familia comodamente. Pero pronto eso cambiaría.
Adrien Brody da vida a Szpilman, con una interpretación magistral, que le valió el Oscar al mejor actor en papel protagonista. Escalofriantes las escenas en las que se encuentra enfermo o cansado, al igual que las memorables escenas en las que sus manos actuan independientemente de su cuerpo, tocando en un piano que no existe -o no puede ser tocado. Una maravilla.
El actor se echa a la espalda la película, ya que, prácticamente, es única y exclusivamente el que lleva y teje el hilo argumental, dejando protagonismo escaso a personajes secundarios. Tan sólo es alcanzado, con la cinta bien entrada en materia, cuando aparece el capitán Wilm Hossenfeld (Thomas Kretschmann).
La historia es, a veces, caprichosa, y deja testimonios e historias como ésta, basada en el diario del propio Wladyslaw Szpilman, que adaptó Ronald Hardwood, ganando un Oscar por su excelente trabajo. El pianista no es una historia más, es la intrahistoria. Esa que, la gran mayoría de ocasiones, obviamos y que contiene la verdadera historia universal de la humanidad. Dos horas muy bien invertidas de tu vida, si es que decides sentarte a verla.

5 comentarios:

S. Vigara dijo...

Veo que tú no cometes los erroes del públio, lo de "la polonia nazi no es lo mismo que la polonia ocupada por los nazis" jajajaja

Me alegro que no quitaras la peli, y que consiguieras verla hasta el final. Yo como sabes, me acongojo siempre tras verla, y en estos tiempos más...

Un besito.

S. Vigara dijo...

Veo que tú no cometes los erroes del públio, lo de "la polonia nazi no es lo mismo que la polonia ocupada por los nazis" jajajaja

Me alegro que no quitaras la peli, y que consiguieras verla hasta el final. Yo como sabes, me acongojo siempre tras verla, y en estos tiempos más...

Un besito.

Yana dijo...

me han dado muchas ganas de verla, la verdad que haces unas criticas excelentes!!

Ari Schreiber dijo...

tremenda película.

Jesús V.S. dijo...

Serly: Errores sin importancia. XD Me encantó al final. Un beso. Por cierto, con un comentario lo habría entendido, ¿eh? ;)

Mariana: Gracias por el piropazo. Merece la pena. Un beso.

Uxi: Tremenda película, sí. ;)