Tras ver esta sensacional cinta, pienso que se debería construir un monumento en nombre de ella y su equipo. Habrá quien piense que ya se han erigido cuatro: los oscars que recibió, uno a la mejor película, y otro a cada uno de los tres miembros del reparto (Clint Eastwood, como director; Hilary Swank y Morgan Freeman). Albergaba muchas esperanzas de ver una película que me entusiasmase, y tras terminarla este mediodía, veo cumplida esa expectativa.
Million Dollar Baby cuenta la historia de un entrenador de boxeo, Frankie Dunn (Clint Eastwood), que regenta un gimnasio de entrenamiento, junto a su viejo amigo Scrap, antiguo boxeador, ciego de un ojo, al que da vida Morgan Freeman. Un día llega a sus vidas Maggie Fitgeralz, interpretada por Hilary Swank; que encarna a una dulce y pobre camarera de 31 años, cuyo sueño es boxear de la mano de Dunn.
Tras unos días de asimilación y negativas para la chica, Frankie la acepta como pupila, tras la marcha de su más importante boxeador. A lo largo de su entrenamiento se creará un vínculo entre ellos dos, incluso si me apuras entre los tres, reconocidos perdedores en la vida; que tendrán que afrontar su mayor combate juntos, el cual creará cierta controversia o polémica.
Un drama que, en ocasiones, pone los pelos de punta, y en otras muestra una ternura y sensibilidad tremendas. Un reparto magnífico y una ejecución perfecta en todas las escenas. Desde los protagonistas hasta aquellos actores casi extras, como el divertido y joven púgil Peligro; lo bordan. Los tres protagonistas cuajan una maravillosa interpretación, con una Hilary Swank soberbia, que aporta una dulzura insospechada al principio y un dramatismo excepcional en las escenas más oscuras. Por otra parte Morgan Freeman, en un papel más secundario esta vez, cierra uno de sus mejores personajes en los que yo le conozco, y se reafirma como uno de los mejores actores del panorama. Magistral.
Million Dollar Baby, como ya adelantó la crítica, pasará a la lista de clásicos del cine de la mano de dos monstruos de la escena como Clint Eastwood y Morgan Freeman. En palabras de Javier Márquez: "Todo un monumento del arte cinematográfico, destinado a engrosar las futuras listas de clásicos de la historia del cine".
Tras unos días de asimilación y negativas para la chica, Frankie la acepta como pupila, tras la marcha de su más importante boxeador. A lo largo de su entrenamiento se creará un vínculo entre ellos dos, incluso si me apuras entre los tres, reconocidos perdedores en la vida; que tendrán que afrontar su mayor combate juntos, el cual creará cierta controversia o polémica.
Un drama que, en ocasiones, pone los pelos de punta, y en otras muestra una ternura y sensibilidad tremendas. Un reparto magnífico y una ejecución perfecta en todas las escenas. Desde los protagonistas hasta aquellos actores casi extras, como el divertido y joven púgil Peligro; lo bordan. Los tres protagonistas cuajan una maravillosa interpretación, con una Hilary Swank soberbia, que aporta una dulzura insospechada al principio y un dramatismo excepcional en las escenas más oscuras. Por otra parte Morgan Freeman, en un papel más secundario esta vez, cierra uno de sus mejores personajes en los que yo le conozco, y se reafirma como uno de los mejores actores del panorama. Magistral.
Million Dollar Baby, como ya adelantó la crítica, pasará a la lista de clásicos del cine de la mano de dos monstruos de la escena como Clint Eastwood y Morgan Freeman. En palabras de Javier Márquez: "Todo un monumento del arte cinematográfico, destinado a engrosar las futuras listas de clásicos de la historia del cine".
2 comentarios:
Enorme (aunque terrible) película y muy buena crítica.
Un abrazo.
Enorme. Gracias. :) Otro abrazo grande.
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