jueves, 4 de diciembre de 2008

Invierno en Madrid

Nunca jamás en mis 20 años he pasado un invierno fuera de mi casa, de Madrid. No siento ningún tipo de deseo de hacerlo por ello, sino todo lo contrario, si me apuras: adoro mi ciudad en estas fechas. Cuando llega Diciembre, Madrid empieza a lucir diferente; las noches llegan antes a su cita, las calles son asediadas por un frío que se puede cortar con los dedos, tangible; el ambiente empieza a ser navideño, aunque aquí esta época no sea tan blanca como en las películas de Hollywood.
Cuando llega el invierno, las calles huelen a frío, a humedad, a navidad. Me gusta salir por el centro en invierno. El fin de semana pasado estuve en Huertas –paseando sobre grandes frases de grandes escritores y pensadores- con mis amigos. Ambiente gélido, frío tangible, alcohol para calentarse, ambiente cálido entre amigos, casi familia. Al hilo de lo que contaba antes –para no perderme del tema-, cuando salí del metro vi las luces que iluminan las calles. Rosas, blancas, moradas, azules… y en diversas formas: estrellas, renos, poliedros y todo tipo de formas dignas de Picasso.
Dicen que la navidad la han inventado las multinacionales, y yo pienso que esta afirmación, si no completamente, puede ser cierta en parte. Por eso en El Corte Inglés colocan las luces tan grandes, y de formas tan preciosistas cuando asoman los primeros atisbos de Diciembre. Pero, a la vez, me gusta el ambiente navideño; la gente vive de otra manera, con una pizca más de ilusión. A veces, incluso, me imagino en algún rincón neoyorquino, como en las películas: patinando sobre hielo al pie del gran árbol –como si fuese un protagonista de Friends-; o en Londres, caminando entre la nieve y los almacenes Harrods, llenos de compradores compulsivos.
El invierno –incluida la navidad- es un periodo propicio para la lectura. Una época del año en la que leer con los pies pegados a la estufa es un placer incomparable. Yo, para hacer cierta esta afirmación, “en estas fechas tan señaladas”, leeré Canción de Navidad, de Charles Dickens; por si se me pega algo.

5 comentarios:

S. Vigara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
S. Vigara dijo...

No hay nada más bonito que Madrid de noche, y más si es invierno.

Recurdo cada vez que alguien dice diciembre...una canción que escuché de pequeña. Ya te la enseñaré. =)

Mientras podrías recoilar tus textos de estaciones en madrid :-p

MoT dijo...

todavía no me atreví a salir de mi ciudad en estas fechas... y aunque alguna vez ocurra, sentiré que dejo algo atrás que echaré en falta... todo eso que hoy vi que narras y alguna que otra pincelada más referente a mi persona. Asi pus, t entiendo. Disfruta de este bonito mes.


Un beso

Doxa Grey dijo...

A mí no me gusta diciembre en el centro de Madrid, porque las calles se llenan de gente con pelucas, disfraces y gorros de reno o de Papá Noel. Prefiero las copas en Huertas, los cafés en cualquier zona. Leer poesía entre el ruido de las tazas y los vasos.

No me gustan las luces de Navidad ni los árboles ni los puestos, (mucha gente que mira hacia arriba y saca fotos, bolsas,coches) pero me gusta pasear por Madrid. Y tampoco he salido de ella en invierno. Madrid es una prostituta que en invierno se vende muy bien, maquillada y resplandeciente. Pero ay de mí, que me sigue gustando.

Un beso ;)

Jesús V.S. dijo...

Serly: Podría, sí, recopilarlos. Quizás cuando sea mayor y tenga prestigio lo haga... ;) Me encanta Madrid.

MOT: Disfruta tú también de estas fechas tan navideñas. :) Un beso.

Rosalie: Me encantó tu comentario. Pura literatura. :) Y tu descripción de Madrid en invierno... genial. Otro beso.