Mi abuela dice que de buen nacido es ser agradecido. Pues bien, no le falta razón, lo cual empieza a ser normal con tantos años vividos. La sabiduría del que envejece es innegable, como que el mal tiempo llegará este invierno y tendré que caminar bajo el manto frío de Noviembre.
Para ser agradecido, nunca supe exactamente cuál es el método. Me surge sin más. Supongo que habrá algún tipo de método o mecanismo dentro de nuestros cuerpos que ejerce esa -aparentemente- ínfima función. Continuaré diciendo que muchas veces pienso que en cada persona existen varias formas de agradecimiento, algo así como una especie de tres gracias, por compararlas con algo.
Ninguna de éstas es mejor que la otra, nadie tiene esa potestad en el planeta: por algo debe empezar el principio de que todos somos iguales -aunque verdaderamente debería enunciar que todos somos distintos, lo que propicía que haya relaciones entre nosotros-. Vuelvo a divagar. No sé donde me llevará este texto, pero quizás una de mis tres gracias se active, y la persona a la que quiera que se dirijan mis palabras lo reciba, como una especie de obsequio desinteresado.
Ya veremos si es así. De momento, seguiré intentando entregar mi mensaje en la botella a mis tres gracias, tan bellas y misteriosas como en tiempos milenarios.
Para ser agradecido, nunca supe exactamente cuál es el método. Me surge sin más. Supongo que habrá algún tipo de método o mecanismo dentro de nuestros cuerpos que ejerce esa -aparentemente- ínfima función. Continuaré diciendo que muchas veces pienso que en cada persona existen varias formas de agradecimiento, algo así como una especie de tres gracias, por compararlas con algo.
Ninguna de éstas es mejor que la otra, nadie tiene esa potestad en el planeta: por algo debe empezar el principio de que todos somos iguales -aunque verdaderamente debería enunciar que todos somos distintos, lo que propicía que haya relaciones entre nosotros-. Vuelvo a divagar. No sé donde me llevará este texto, pero quizás una de mis tres gracias se active, y la persona a la que quiera que se dirijan mis palabras lo reciba, como una especie de obsequio desinteresado.
Ya veremos si es así. De momento, seguiré intentando entregar mi mensaje en la botella a mis tres gracias, tan bellas y misteriosas como en tiempos milenarios.
7 comentarios:
¿Qué quieres agradecer y a quién? Debería existir el Día del Agradecimiento (el nombre es meramente orientativo) donde sería "obligatorio" decirle las gracias a aquella(s) persona(s) a la(s) que nunca se lo dijiste y te arrepientes por ello. Quizá así tendríamos la excusa perfecta aquellos que, como yo, siempre nos damos cuenta de todo demasiado tarde.
(Disculpa los desvaríos, últimamente me aburro demasiado)
Un bacio!
:)
gracias las tres que tu tienes.
bonita botella!
:)
(esta vez, lo pillo a tiempo)
Me sorprende tu capacidad, Chechu, para actualizar todos los días y con este nivel.
Me muero de envidia, pero la envidia es mi forma de admirarte.
UN abrazo.
Sunshine: Yo soy de los tuyos, pienso siempre cuando ya no sirve de nada. Así que, buena idea, ya dijimos que el día era el 19 de noviembre, ¿verdad? Que no se te olvide...
Un beso Lore.
Mot: Me alegro de ello pues. :) Bonita botella, sí.
Loren: Muchísimas gracias por tus palabras, amigo. Yo tengo otra forma de admiración, si algún día quieres saberlo, te lo cuento, chaval. Un abrazo grande.
Qué difícil es muchas veces encontrar las palabras o los gestos para expresar una absoluta y sincera gratitud.
Qué difícil cuando tienes la sensación de que nunca será suficiente.
Pero más difícil aún es saber si tu gratitud ha llegado a su destinatario, si la botella ha llegado a buen puerto.
Un beso muy grande!
en este caso a sido facil!!!
jeje
:)
Anita: Si, es difícil, a veces. Pero se consigue después de intentarlo mucho. Es la forma. Un beso.
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