domingo, 19 de octubre de 2008

El acordeonista de la calle Eloy Gonzalo

Los domingos coge su maleta y baja a la calle, haga el tiempo que haga, sea lluvia, calor, frío, nieve... Probablemente, él sea una de las personas que mejor conocen las calles de Chamberí. En su maleta guarda un acordeón y una pequeña banqueta en la que apoyarse en sus mañanas. Los viandantes observan, a su paso, tan solo fugaces instantes de lo que él les dedica. Hasta los domingos van con prisa.
Bajo el reloj del edificio de Altadis, justo enfrente del antiguo Hospital Homeopático de San José; se sienta y prepara su instrumento, con el que pasa veladas de amor clandestino en noches solitarias y oscuras, y por el que proclama su amor a voz en grito, las mañana de domingo; desde Septiembre hasta Julio, pues todos tienen vacaciones.
Sonríe, mientras funde sus dedos en las teclas de ese extraño instrumento -mezcla de piano y algo así como una gaita surrealista-, con ese peculiar sonido, tan afrancesado y bohemio. Y mientras sonríe, su alegre música se despliega en un lento baile por Eloy Gonzalo. Es algo precioso de ver, sobre todo si el tiempo acompaña y el estado de ánimo hace lo propio.
Ay, ay, ay, ay, canta y no llores; se desprende de su cuerpo -pues éste lo forma la fusión de ambos-, mientras el hace lo que la canción indica. No canta, pero sonríe, una de las mayores virtudes que puede ostentar el ser humano. Así, alegra las mañanas de domingo, de los que en un día como tal tienen que trabajar, o simplemente de aquellos que concurren la calle y tienen el impulso de parar a escucharle. Merece la pena.


L'accordionist, rue Mouffetard. 1951.
Autor: Robert Doisneau

9 comentarios:

MoT dijo...

:) un instrumento hecho para agradar a víandantes, de madera de calle... bohemio por su sonido y por su historia.

me encantó poderle ver y oir a través de tus letras.

un beso

S. Vigara dijo...

Ha sido inevitable acordarme de Ángel y su acordeón tras leer esta pequeña fotografía hecha letras.

Ahora entiendo como le miras de reojo cuando toca el acordeón

;-)

Loren dijo...

Me encanta cuando hablas de personajes de mi barrio, me hace sentir muy cercano a ti y a tus textos.

Un fuerte abrazo. Mañana nos vemos a las 14:50 en la puerta, ¿va?

Anita dijo...

Me gusta leerte, en silencio, y pasar por donde tú pasa, ver lo que tú ves y oír lo que tu oyes.

Gracias por otro texto maravilloso!

Un beso!

Doxa Grey dijo...

A mí también me gustan los músicos callejeros, de hecho dentro de poco publicaré algo sobre uno, pero en otra línea (no te copiaré ;P).

Por cierto, Doisneau es una buena elección para regalarse la vista ;).

¡Saludos!

Laura Martín-Pérez González dijo...

Siempre que paseo por Madrid y algún músico tiene la bondad de alegrarme más el día, me empiezo a preguntar cómo ha llegado ahí, si tendrá la carrerá termina de aquel instrumento... en fin.
Lo más probable es que sea afilador de cuchillos de circo y esté aburrido. Es más feliz alegrándole el día a las personas.

Jesús V.S. dijo...

Mot: La verdad es que es un instrumento con un sonido precioso que evoca tantas cosas... Gracias. Un beso.

Serly: Yo también me acuerdo de Ángel cuando veo al acordeonista. Y si, por eso le miro de reojo, si. :) Un beso.

Loren: Me alegra que te sientas más cerca de mi. Es un sentimiento genial para alguien que escribe, y tú lo sabrás, amigo. Un abrazo enorme.

Anita: Gracias a ti, por seguir pasandote por aquí siempre. Por favor, siempre que tengas oportunidad de pasar por los sitios de los que hablo, comentame tus impresiones. Alomejor coinciden con las mias. Un beso enorme. :)

Rosalie: Sé que no me copiarás. Tienes un estilo tan propio y bueno, que tengo la certeza de que será algo digno de leer tranquilamente. Un beso, gracias por pasarte siempre que actualizo.

Laura: Yo no llego a preguntarme tantas cosas. Simplemente disfruto escuchándoles. Un besito. :)

Ari Schreiber dijo...

Me encanta leer relatos sobre músicos callejeros.
Me encanta tu forma de esculpir las palabras justas y necesarias.Me he imaginado caminando por chamberí..o por la latina ...escuchando la suave música de un acordeaón.
Si me apuras, parece que ahora estoy viendo a los transeúntes apresurados...escuchando de fondo el ritmo. Lo veo a el, vestido de marrón con chaqueta negra...(Lo siento, soy muy dada a esas cosas xD).
Voy a guardar este relato. Me gusata mucho.
Felicidades.
Si, el sonido es muy afrancesado...muy bohemio.
Bicos, Uxia.

Jesús V.S. dijo...

Uxia: Vaya, muchas gracias. Me halaga que lo guardes. El músico del que hablo se pone a tocar la música todos los domingos por la mañana, al lado de donde yo trabajo, y me alegra muchas mañanas de esos domingos. Un besito, y gracias. :)

PD: Yo también imagino a las personas del mismo modo que tú. XD ;) Mola.