martes, 25 de marzo de 2008

Rutina, siempre vuelves...

Desde aquel día todo empezaría a parecerse otra vez, los días se irían haciendo más cortos progresivamente, las noches caerían antes sobre sus pensamientos. El día transcurriría entre libros, papeles y bolígrafos; en viajes en el suburbano, o en el tren, mientras contemplaría la enorme ciudad. Volvería a sentir ilusión por la llegada del fin de semana, de los descansos... Definitivamente, la primavera había caido sobre su humilde pueblo, sin dejar ni rastro de otras estaciones, que hasta hace una semana, hacían estragos.
Todo vuelve, eso parece...

1 comentario:

0000009 dijo...

vuelve y pesa
pero poco a poco
pierde su importancia
hasta convertirse en migas de pan