lunes, 24 de marzo de 2008

Moulin Rouge, de Baz Luhrmann

La historia de cuando amar se hace difícil. Porque aunque, no tan claramente, en la vida todo el mundo tiene que saltar obstaculos en sus amoríos. Moulin Rouge es la historia de un amor de los llamados "imposibles", esos que cuando los vemos en la pantalla nos hacen reflexionar, añorar a la persona que nos despierta ese sentimiento, o abrazarla si es que la tenemos cerca. Todo esto, respaldado por las acertadas canciones excelentemente versionadas por los actores.
En esta historia, el protagonista es Christian (Ewan McGregor), un actor bohemio que es sorprendido por el amor, cuando acude al cabaret en busca de un papel en una obra de teatro. Allí cae prendado de Satine (Nicole Kidman), la príncipal actriz del cabaret; que por equivocación, creyendo que él es un duque accede a recibirlo en su camerino. Es allí donde se vive una de las más bonitas escenas: el popurri de canciones que hacen los dos actores. Después de este encuentro, ella se enamora de él y empieza a vivir un complicado romance en clandestinidad que le complica su ya de por si difícil existencia, tal y como resume Satine en una excelente frase tras la canción: "me complicarás la vida, lo sé".
Otros de los momentos más vistosos de la cinta son la versión del Show Must Go On (Queen) realizada por el dueño del cabaret, Harold Zidler (Jim Broadbent); y la excelente versión "tango" de Roxanne (The Police) que realiza el "argentino narcoléptico" (Jacek Koman) con la bailarina.
En definitiva, una de las películas que merecen la pena ver, si es posible acompañado; aunque no importa si es solo, te gustará igual. Un excelente apartado artístico, con una gran ambientación y un apartado gráfico bastante aceptable. Si no has visto nunca un musical, este podría ser tu primer contacto (satisfactorio) con el género.

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