domingo, 12 de abril de 2009

Póngame un café. Solo, por favor

- Póngame un café. Solo, por favor.

Si conoces algo de mí ya habrás descubierto que el café no lo perdono. Es mi gran vicio confesable. Muchas veces me gusta jugar, conmigo mismo, a averiguar cómo es cada persona según lo que toma en un bar, o en cualquier sitio. Es similar a cuando juego a inventarme la vida de las personas que me rodean y que la mayoría de veces ya no vuelvo a ver nunca.
Este es un médico casado e infiel, aquella mujer es actriz de teatro y está enamorada en silencio de su personaje. El de más allá es estudiante de filosofía y letras, pero sueña con llegar a ser novelista algún día. Es un enamorado de la vida. Pues con esto es algo semejante.
El que bebe café con leche y dos azucarillos gusta de edulcorar su vida, trabajosa, con cierto decoro. Y aquella muchacha que bebe ron con hielo, apuntalada en la mesa contigua al piano sin solista, simplemente inunda alguno de sus desvelos con esa bebida.
El café se toma según, a veces, el estado de ánimo. Siempre lo semejo con la vida, así sin más. En ocasiones esta tiene sus momentos dulces, café bombón o con leche y azúcar. Para los momentos tristes o nostálgicos, el café solo, sin hielo ni azúcar, amargo, para degustar mejor su condición. Para momentos intermedios existen combinaciones múltiples, aunque yo suelo recurrir al café con hielo, áspero y a la vez suave, la vida y a la vez la muerte.
Posiblemente sólo sean juegos, sí, lo sé. Pero mientras te tomabas un alto en cualquier cafetería, ¿no lo has practicado alguna vez? ¿Nunca has considerado lo mismo que yo? Piensa que la vida no es más que un café, sin azúcar ni hielo, y una canción de Sabina. Y, si acaso, para algunos unos cuantos cigarrillos. Y yo, que todo lo escribo...
Siento dejarte, ¿te invito a un café?

8 comentarios:

Beatriz Cuesta Pérez dijo...

Ahora que he leido tu texto, me he puesto a pensar y tienes razón. dependiendo del estado de ánimo te apetece un café bombón, un café con hielo, con leche...

Y yo si quiero un café, un café bombón.

S. Vigara dijo...

Me parece muy atractiva la idea que has plasmado, muy tuya, muy "reflexiva".

A mi ponme siempr eun bombón, aunque no me apetezca.

Un besito.

Pablo Álvarez dijo...

Me gusta el texto y la forma que tienes de analizar la personalidad de la gente.

Para mí un café...bombon.

UN abrazo

Ari Schreiber dijo...

Claro que todos los zumbados como nosotros nos hemos imaginado la vida de otros...:) A veces tb me he fijado en que bebe la gente y como lo bebe. Según hagan, están. Yo soy de café con leche y un azucarillo y de ron solo, con algun que otro hielo :) besotes varios. Cuando vaya a madrid m invitas a un café

Laura Martín-Pérez González dijo...

Yo también suelo jugar a imaginarme la vida de los demás.
Pero al contrario que tú, no voy más allá... me ha gustado mucho el texto. Muy original.
Y puestos ya, mi café...sólo con hielo..:)

Tamara Raposo dijo...

Me ha parecido muy bueno el texto, muy reflexivo. Para mí el café también es un vicio de los confesables.

Suelo pedir café con leche templado y me encargo siempre de poner la misma cantidad de azúcar; poco, lo justo.

Un saludo

Jesús V.S. dijo...

Bea: ¿Verdad que sí? Yo lo he pensado varias veces.

Serly: Un café bombón, entonces. :)

Pablo: Jajaja, con esa pausa también, ¿verdad?

Uxia: Cuando vengas a Madrid te invito a un café, pues. :) Un beso.

Laura: Pues si vas más allá, te sorprenderás a tí misma. Un beso.

Tamarita: Yo, en cambio, le echo más azúcar. Cuando quieras te invito a uno. Un besillo.

Diego dijo...

Desde luego la vida no es mas que una realidad deconocida que creemos percibir con filtros subjetivos.

Para mi un cafe con leche, que quiero mojar galletas!