martes, 21 de abril de 2009

La otra orilla, de Julio Cortázar

"Cortázar, su obra y su actitud seguirán marcando rumbos, abriendo camino, y los lectores, los de hoy y los de mañana, seguirán acudiendo a sus páginas como quien penetra en un mundo en que la realidad es un descubrimiento, y la fantasía, un hecho cotidiano".
Mario Benedetti



Así habla el poeta en la contraportada sobre la figura de Cortázar. No es la primera vez que comento alguno de sus libros, ¿qué puedo decir sobre su literatura? Poco queda ya por reseñar de su obra. Simplemente es fantástica, genuina.
En La otra orilla el escritor nos muestra sus primeras incursiones en el género del relato, que lejos de ser mediocres, ya desvelan la virtud que ostentaba Cortázar, y que dejaría patente en su gran obra narrativa: Rayuela. Estos relatos escritos entre 1937 y 1945 detallan la increíble imaginación del escritor, con manos que crecen por momentos, limpiadores de estrellas, amores entre vampiros, y todo tipo de cosas.
Merece la pena pasar unos ratos, breves, con este libro entre las manos. Para más ventajas, es de rápida lectura y los relatos no tienen correlación entre ellos, por lo que puedes leerlos espaciados en tu tiempo. Todo son puntos positivos. Ya me contaréis si decidís leerlo. Os gustará si os gustó su obra culmén en relatos cortos: Historias de cronopios y famas.
Cortázar tiene un manejo de la lengua exquisito. Para terminar -igual que empecé- utilizaré unas palabras, esta vez de Gabriel García Márquez: "Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción".

No hay comentarios: