En una estancia vacía cierro con fuerza mis ojos y allí te encuentro esperándome. Conversamos entonces en una conversación que jamás existirá:
- Felicidades abuelo -digo al besarte en la mejilla.
- Gracias hijo -contestas tú, desde lo más profundo y latente de algún rincón de mi memoria a largo plazo.
- Te estoy hablando desde la playa, la brisa me roza la cara, ¿y tú? Supongo que estarás de vacaciones...
No contestas. Vuelvo a hablarte:
- Habrás visto el mar, ¿no?
Vuelves a callar, pero esta vez sonríes. Espero el truco impaciente. Te veo acercar la mano al bolsillo y me muestras una concha de mar. Ahora ríes a carcajadas, como cuando era aún niño y no lograba entender tus trucos.
Hoy todavía lo soy. Feliz cumpleaños abuelo. Allá donde estés.
Escrito el 26 de Julio de 2008, como homenaje a mi abuelo en el día en el que cumpliría 86 años.
- Felicidades abuelo -digo al besarte en la mejilla.
- Gracias hijo -contestas tú, desde lo más profundo y latente de algún rincón de mi memoria a largo plazo.
- Te estoy hablando desde la playa, la brisa me roza la cara, ¿y tú? Supongo que estarás de vacaciones...
No contestas. Vuelvo a hablarte:
- Habrás visto el mar, ¿no?
Vuelves a callar, pero esta vez sonríes. Espero el truco impaciente. Te veo acercar la mano al bolsillo y me muestras una concha de mar. Ahora ríes a carcajadas, como cuando era aún niño y no lograba entender tus trucos.
Hoy todavía lo soy. Feliz cumpleaños abuelo. Allá donde estés.
Escrito el 26 de Julio de 2008, como homenaje a mi abuelo en el día en el que cumpliría 86 años.
4 comentarios:
Precioso.
Sin más
Dicen que si cierras los ojos fuerte, y te concentra en esa persona que deseas, puedes sentirlo, y creo que tú has tenido esta sensación.
Un saludo
Gracias a los dos anónimos.
Comentario que llega tarde... Pero que llega.
La conversación que nunca existirá, ya ha existido.
Tú la has hecho posible.
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