miércoles, 30 de julio de 2008

86 años

En una estancia vacía cierro con fuerza mis ojos y allí te encuentro esperándome. Conversamos entonces en una conversación que jamás existirá:

- Felicidades abuelo -digo al besarte en la mejilla.

- Gracias hijo -contestas tú, desde lo más profundo y latente de algún rincón de mi memoria a largo plazo.

- Te estoy hablando desde la playa, la brisa me roza la cara, ¿y tú? Supongo que estarás de vacaciones...

No contestas. Vuelvo a hablarte:

- Habrás visto el mar, ¿no?

Vuelves a callar, pero esta vez sonríes. Espero el truco impaciente. Te veo acercar la mano al bolsillo y me muestras una concha de mar. Ahora ríes a carcajadas, como cuando era aún niño y no lograba entender tus trucos.
Hoy todavía lo soy. Feliz cumpleaños abuelo. Allá donde estés.

Escrito el 26 de Julio de 2008, como homenaje a mi abuelo en el día en el que cumpliría 86 años.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso.

Sin más

Anónimo dijo...

Dicen que si cierras los ojos fuerte, y te concentra en esa persona que deseas, puedes sentirlo, y creo que tú has tenido esta sensación.
Un saludo

Jesús V.S. dijo...

Gracias a los dos anónimos.

Ana dijo...

Comentario que llega tarde... Pero que llega.

La conversación que nunca existirá, ya ha existido.
Tú la has hecho posible.