miércoles, 30 de julio de 2008

El perfume de la literatura

Destapé entonces el tarro de las esencias que guardaba bajo llave, como si de la caja de Pandora se tratase. Pero, ¿qué perjuicio podría ocasionar al mundo ese aroma tan característico y único? Las páginas se deslizaban, sin ningún orden, y yo, con los ojos cerrados, perdido en otros mundos y ciudades; saboreaba con una sonrisa aquel olor, que no acertaba a comprender que aún no se hubiese enfrascado.
Ese olor a letras, papel, palabras, tinta, plumas... El perfume de la literatura.

Escrito el 27 de Julio de 2008, en Punta Umbría (Huelva).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también lo huelo.No hay perfume equiparable.

Loren dijo...

Sólo es comparable -y superior- el perfume de la mujer que amas y que se levanta a tu lado una mañana de domingo. Como tengo la desgracia de no poseer ese perfume, me refugio en el literario y, casi siempre, consigo ser feliz embriagado y aturdido por su fragancia.

MoT dijo...

Me encanta ese olor... ya lo sabes. Y más aún cuando se vuelve en algo cotidiano...caundo su esencia y la mia se hacen una...


al final me dio tiempo!

un besito desde Oslo! :)

Jesús V.S. dijo...

Todo el mundo lo huele, si quiere...

Loren, no sé que añadir a lo que has dicho. Yo también encuentro la felicidad entre el perfume de las páginas. :)

Y sin duda es lo mejor María. Cuando se vuelve cotidiano. Es genial. Un beso desde Coslada.