¿Quién no ha tenido miedo alguna vez de mirar debajo de su cama? ¿Acaso no habéis tenido monstruos en el armario o debajo del colchón? Sobre esto versa la novela No mires debajo de la cama de Juan José Millás. Como dice en la contraportada, una simple coincidencia con una persona al azar, por ejemplo, en el metro, puede desencadenar en una obsesión importante.
Elena Rincón, juez de profesión, viaja como todas las mañanas en el metro cuando se cruza en su camino con una mujer que le parece sumamente atractiva. Decide averiguar algo más sobre ella, y se ve inmersa en una novela sumamente extraña y complicada. Es como si dentro de la novela, hubiese otra. Algo así como una intranovela.
La historia que cuenta en mitad de la novela mediante zapatos es una gozada. A menudo pensaba cómo era posible que hubiese sido capaz de dotar de sentimiento a unos objetos tan nimios como esos. Que se odiasen, se pisoteasen, discutiesen, se independizasen, e incluso se echasen de menos unos a otros. Verdaderamente maravilloso.
Si tuviese que calificar a Millás con un calificativo, le nombraría el "genio de las ocurrencias". A pesar de que como novelista pueda ser criticado, o pueda tener bajones, Millás tiene la genialidad de contar una historia a partir de la absoluta nada. En esta novela, también tiene pequeños altibajos, pero los solventa siempre con algún fogonazo de gran categoría literaria.
Es la primera novela del autor que cae a mis manos, pero después de su lectura, ya estoy con ganas de ponerme a leer El orden alfabético, El mundo o su reciente obra de relatos: Los objetos nos llaman.
La historia que cuenta en mitad de la novela mediante zapatos es una gozada. A menudo pensaba cómo era posible que hubiese sido capaz de dotar de sentimiento a unos objetos tan nimios como esos. Que se odiasen, se pisoteasen, discutiesen, se independizasen, e incluso se echasen de menos unos a otros. Verdaderamente maravilloso.
Si tuviese que calificar a Millás con un calificativo, le nombraría el "genio de las ocurrencias". A pesar de que como novelista pueda ser criticado, o pueda tener bajones, Millás tiene la genialidad de contar una historia a partir de la absoluta nada. En esta novela, también tiene pequeños altibajos, pero los solventa siempre con algún fogonazo de gran categoría literaria.
Es la primera novela del autor que cae a mis manos, pero después de su lectura, ya estoy con ganas de ponerme a leer El orden alfabético, El mundo o su reciente obra de relatos: Los objetos nos llaman.
4 comentarios:
Hace muchos años, mientras hablaba por teléfono a las dos de la madrugada con mi mejor amiga, la cama, no sé como , se tambaleó. Revisé los periódicos al día siguiente y no había rastro alguno de terremotos o maremotos. No dormí bien en un mes xD. Tendremos q ver como es entonces, no? Besos y genial descripción.
Aún con el ritmo de publicación de este blog, tienes tiempo de comentar en los ajenos... Impresionante. XD
A eso le llamo yo optimización de recursos jajaja
Mi antigua cama se "colgaba" de la pared cuando me levantaba por la mañana. Aún así me daba miedo esas çinfimas 8 horas, mirar abajo, porque pensaba que saldría la "cola asesina de Célula, el malo de bola de dragón". Hasta ahí mi aporte a esta entrada xD.
A ver si me acabo el preciosisimo libro que estoy leyengo (a partes iguales precioso y largo) y puedo opinar sobre algunas de tus útlimas críticas.
Un besiño
Uxia: Jeje, esos son los típicos miedos de alcoba, Uxia. Merece la pena. Un besazoo.
Nacho: Si al final va a resultar que nuestra educación es cojonuda, amigo. XD Jajaja.
Serly: Yo creo que todo el mundo ha tenido la sensación de tener algo debajo de la cama alguna vez. Por eso me parece que Millás acertó al tratar el tema. Un beso. :)
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