lunes, 24 de noviembre de 2008

Desamor, humo y palabras

Tengo 23 años. Me llamo Violaine, y estoy sentada apurando un cigarro, con la ciudad bajo mis pies. No tengo ninguna prisa por terminar el cigarrillo, y por eso lo comparo con la propia vida: finalmente siempre se agota, el pasado acaba convertido en cenizas, y el futuro depende de lo que tardes en absorber el presente. A menudo pensé a lo largo de mis años que mis pensamientos eran realmente absurdos.
Hace una hora y media me encontraba subiendo por un ascensor a la azotea de un edificio céntrico. En la cajetilla había 5 cigarros, éste es el último. Cuando me encuentro triste subo a conversar con la ciudad, llena de luces y pequeñas personas, colocadas como si lo hubiese hecho un experto en maquetas y escenografía.
Hace tres horas tomaba café con Ana y Héctor. Sonreía, aunque mi mueca perfectamente se podía sostener con una goma por detrás de la nuca. Nadie parecía darse cuenta, siempre se me dio bien disimular mi estado de ánimo. Aunque ahora, no sé si considerarlo una virtud.
Dos horas antes de eso, me enteraba de que mi hermano se marcha a Toulosse. Ahora sí que me quedo sola aquí. Y se acerca la navidad. De niña siempre estaba ansiosa por la llegada de estas fiestas, pero con el paso de los años empecé a recibirla con un regusto amargo en el paladar, sobre todo desde que murió mi madre. Quedamos solos, mi hermano y yo -mi padre nos había abandonado hacía unos años, cuando yo sólo tenía 8. Cobarde hijo de puta...
Justo en dos minutos harán diez horas que recibí noticias de ella, a quien amaba descontroladamente. Me la encontré justo en la puerta de su portal. ¿Qué tal Violaine? Estás muy guapa -dijo con una radiante sonrisa. Se me iluminaron los ojos al verla. Pero fue tan efímero como lo es la risa o el llanto de un bebé. Me confesó que la vida le mostraba su mejor cara, que se había enamorado, los ojos le brillaban; estaba preciosa. Se había enamorado, y no era de mí. Yo, que tanto la quería... Se había prendado de otra persona, y ahora me lo contaba, tan alegre, sin darse cuenta -o sí- del daño que me hacía aquella conversación. La vida es así de caprichosa. Ya nunca más me besaría sonriente, ya nunca escribiría versos con lápiz de labios en mi espejo... Ya nunca más... Sonreí, y le dije un me alegro, de esos que suenan a ojalá te vaya de muerte.
Desde entonces, he estado dando vueltas todo el día, hasta ahora. Hasta terminar sentada en este lugar, intercalando miradas con el vacío y el cielo. Con los ángeles y con los peatones. Mi cigarro se está terminando, a cada segundo que pasa me queda menos futuro que consumir. Pronto, seré yo quien yazca a pies de la urbe, y no ella quien permanezca a los míos. Pienso en todas las personas que conocí alguna vez en la vida. Siempre quise hacer una fotografía mental de cada uno, aunque no conseguí el propósito. Llegó el momento, la última calada. Lanzo el filtro. Trago humo. Aspiro una fuerte bocanada de aire. Caigo. Empieza a llover. Yazco. Aún te quiero. Adiós amor. Adiós.

6 comentarios:

S. Vigara dijo...

wowwwwwwwwwwwwwwwwwwww

wowwwwwwwwwwww

wowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Parece un capítulo de una novela negra increible.Sencillamente perfecto.

wowwww

(reitero)

MoT dijo...

vaya sorpresa... en serio... no se... yo siempre pensé que se nota el sexo de la persona que escribe... y ahora através de ti la vi a ella y a su sentimiento.

Tu final, como siempre, increible.

un beso escritor

Ana dijo...

Esta vez seré muy escueta en mi comentario:

Te has superado a ti mismo.

Maravilloso, como siempre... Pero un poco mejor.

Beatriz Cuesta Pérez dijo...

después de bastante tiempo sin leer tus nuevas entradas, me arrepiento.

Me dejaste con la boca abierta como dice Serly "wooowwwww". Me ha parecido increíble lo que acabo de leer. Impresionante, extraordinario, sorprendente, maravilloso…….

Ari Schreiber dijo...

Solo puedo decir esto :
Vas a llegar alto, muy alto.
No me he pasado antes xq ando con exámenes y eso...ahora me arrepiento.
Sigue sigue sigue sigue sigue.....
sigue sigue...

Jesús V.S. dijo...

Serly: Gracias, de verdad. Gracias.

MOT: No sé si se notará o no el sexo del escribiente. ¡Pero gracias a ti también!

Ana: Gracias, en eso consiste, en irse superando poco a poco. :)

Bea: Pues para la próxima no dejes correr tanto el tiempo, se te echaba de menos por aquí ya.

Uxia: Seguiré, seguiré, seguiré... y más con comentarios como el tuyo. :)