viernes, 12 de noviembre de 2010

Mrs. Holly

Aún le falta echarse el rímel en un ojo cuando la puerta se cierra tras de sí. Va algo acelerada. Entra en el ascensor y destapa el bote. Se termina de pintar allí, en el trayecto hasta la calle. Igual que Holly se pintaba en el rellano.

Nota el frío en la piel, debajo del abrigo largo de color beige con el que ha salido hoy. Acerca el rostro, con el ojo izquierdo por delante, al espejo, y empieza a deslizarlo por sus orillas. Justo antes de que el ascensor llegue, termina, se mira por última vez en el espejo y sale.

Ya es de noche. Camina algo rápido, la esperan y llega un poco tarde. Bueno, al menos el sitio está cerca y no tiene que recorrer mucho camino hasta allí. En la primera esquina que gira tras abrir la verja del recinto, ya ve en la distancia el punto de encuentro y cree que le intuye esperando, con un abrigo oscuro, apoyado contra la pared, aunque no le alcanza bien la vista.

Cuando se acerca allí descubre que sí es él. Instintivamente se acerca el dedo a los labios, como si se lo mordiese, y una mueca dibuja una especie de sonrisa pícara en su rostro. Suele hacerlo si llega un poco tarde. El mundo es para ellos hoy. Y hace tiempo que no tenían tantas ganas de estar juntos como esta noche.

La luz de las farolas se acompaña de la de la luna para dibujar un rastro luminoso blanco en los adoquines de aquella calle, no demasiado transitada, donde él espera. Ya ha llegado a una distancia de tres metros de él, que sonríe y se separa de la pared. Se funden en un abrazo. La luz, dibujando su rastro en el suelo.

Moon river.

3 comentarios:

Loren dijo...

Delicadísimo. Me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Lula Mae...

Jesús V.S. dijo...

Loren: Muchísimas gracias Loren. La referencia es una gran película.