martes, 18 de mayo de 2010

Cuando vengas a Madrid

No existen madrileños en Madrid. Es una ciudad portuaria en la que no hay más de dos generaciones completas de gente natural de la región. Creo que lo tengo comprobado. Se podría decir de ella que es una ciudad joven, relativamente, en la que pocos se quedan, todos están de pasada. En unos inviernos emigrarán buscando nuevas estaciones de paso.

Gallegos, catalanes, asturianos, latinoamericanos… la hacen tan cosmopolita como yo la descubrí la primera vez que me llevaron a verla.

Un refugiado congoleño vende películas en Arenal, un argentino comercia con mate solidario en el puesto de una ONG en Lavapiés, una pareja de vallecanos regentan un quiosco de prensa en Chamberí, un portugués retrata a Lorca en la plaza de Santa Ana, una oscense, un navarro y un zamorano tomaban café en la universidad, una chica con orígen iraní mira un atardecer en el egipcio templo de Debod, mientras fotografía junto con su acompañante la luz a través del ramaje de un árbol… A menudo la mejor fotografía nos la regalan sus calles.

Madrid no tiene gente autóctona, se limita a acoger a los que llegan y a despedir a los que se van. Y en ese transcurso de tiempo los hace sentir madrileños, igual que si estuviesen en su casa. El Madrid de todos y el de cada uno es el que ahora lees, el que puedes observar si te asomas ahora al balcón.

El Madrid de Pio Baroja, que era vasco, el de Galdós, canario, la ciudad de Sabina, de Jaén, o la de García Márquez, que nació en Colombia. Esa ciudad a la que acudieron José Agustín Goytisolo, Miguel Hernández o Ángel González, catalán, alicantino y ovetense. Madrid, la de la casa de las flores de Pablo Neruda, chileno… El Madrid de los malabaristas y mendigos del semáforo en rojo, la de las obras, el Manzanares y el Vicente Calderón, la Castellana y el Bernabéu.

El de los poetas, los cantautores, las tapas, los carteristas del metro, el Rastro, los universitarios, las novelas. La ciudad de la Gran Vía y los cines, de los quiosqueros, taxistas y camareros, la del bocata de tortilla en la plaza Mayor, los gatos, el Rastro, o el Dos de Mayo…

5 comentarios:

Pablo Álvarez dijo...

Muy bueno, tiene cierta melodía al leerlo. Cuanta gente conocida... uy pero si salgo yo.

Un abrazo

n dijo...

A mí también me gustó mucho. Madrid es todo eso y lo dice una extranjera.

Un beso.

Jesús V.S. dijo...

Pablo: Muchas gracias. Sí, sale gente conocida, ¿verdad? =)
Un abrazo hermano.

Lucía: Lo dice una extranjera a la que echaba de menos por aquí. Madrid somos todos los que alguna vez pasamos por aquí. Otro beso.

Anónimo dijo...

Madrid....... envolvente y acogedor. un abrazo.
la madre de Ana.

Ana Castro dijo...

Yo también he pasado por aquí, a verte, porque prefiero saber que eres el Txetsu amigo de Enrique, ese zamorano del café que no bebe café porque lo pone histérico, y no un compañero de una asignatura a la que no hemos ido.
Me gusta lo que leo por aquí. Madrid también. Casi primer hogar algunas veces. Madrid es muchas ciudades.
Te sigo leyendo.