sábado, 7 de mayo de 2011

Leían

Leían.

Vislumbré un chico y una chica desde la ventana del autobús. Se abrazaban, se desabrazaban, se besaban, se desbesaban, Compartían el momento parcos y tímidos, igual que se rozaban sus manos. Pero me llamó la atención algo: leían.

Leían, sí, juntos, a veces uno en el hueco del hombro del otro, a veces separados. Leían desconsoladamente, tanto que por el rostro les resbalaban las palabras. Cada cierto tiempo uno de los dos miraba al otro y secaba las sílabas que se precipitaban por su cara o que se habían quedado en sus ojos formando vocablos de cristal ininteligibles.

Leían constantemente, gemidoramente… como si acaso fuese la última lectura que hacer juntos y tuviesen miedo de cerrar el libro, apagar la luz, y salir caminando cada uno en una dirección.

Leían como si la noche fuese a devorarlos al término de la página, en el último punto final. Cuando todo se vuelve más oscuro y el amo y señor de la noche es nuevamente el miedo.

Leían y me pareció que no querían mirarse el uno al otro en tales circunstancias, por eso se escondían y pensaban en silencio en el final de aquella historia. Como si aquel acto de leer fuese algo íntimo y estrictamente introspectivo, incluso para ellos.

Leían…

Nota: Puede cambiar el verbo leer por cualquier otro y comprobar el resultado del juego.

3 comentarios:

Loren dijo...

¡Sí señor!

¿Terminaste Los enamoramientos? Ya me dirás qué tal.

Abrazos,
L.

Loren dijo...

Tanto lees, Chechu, que se te olvida contestarme y actualizar :D

Abrazos con olor a tinta fresca.

Jesús V.S. dijo...

Jajaja. O que entro aquí de pascuas a ramos... ;)

Sí, la terminé. Y me encantó, ya te dije. Es muy buena. Marías es difícilmente superable.

Gracias por tus comentarios, amigo.