Tras pasar años leyendo artículos y libros, sentía ser más inteligente y cultivado; aunque ciertamente, nunca le parecía suficiente, siempre quería saber más. Seguía pasando horas enteras sentado en su escritorio, con un libro entre las manos, y una taza de café humeante, soportando el frío ambiente de sus tardes solitarias. Para él, aquello era un placer especial. Disfrutaba de aquello con lo que poder mantener una conversación con sus compañeros en aquel club llamado "Els Quatre Gats"...
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