Mírame. Perdido en un mar de claro tono. En el que no encuentro una isla donde descansar. Sin embargo, extrañamente me encuentro más y más cómodo navegando. Obstáculos vienen, los salto, contigo. Las olas son divertidas, como tus historias. Sigue subida en esa barca y vuélveme a mirar, pues el reflejo de tus ojos es el mar que estoy surcando.
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