domingo, 21 de diciembre de 2008

Marianela, de Benito Pérez Galdós

Hoy concluyó mi lectura de Marianela, del novelista canario Pérez Galdós. Como es costumbre, el escritor insular crea, a base de palabras bien estructuradas, una atmósfera que se constituye como un fiel reflejo de la sociedad española de su época.
En Marianela, de 1878, Galdós ambienta la trama en un pueblo de Santander: Aldeacorba de Suso, con todo lo que ello implica. Marianela, personaje principal, es una muchacha pobre, desdichada y fea, que vive para ser los ojos de Pablo, un ciego que espera la llegada del médico Teodoro Golfín, famoso por su gran labor curativa en el ámbito ocular.
Marianela es huérfana desde que su madre se suicidó -algo que no estaba bien visto en la sociedad de entonces-, en la garganta de la Trascava, donde la Nela asegura que se encuentra, que incluso a veces la oye. La pobre Nela, vive por y para su amo, al que se siente apegada, y por el que siente un gran amor. Con él es con la única persona que no siente verguenza y por la que sienta un amor profundo. Tras la llegada de Teodoro Golfín, el médico, un personaje que se presenta al principio de la novela, como alguien agradable y exitoso, triunfal; la historia comienza a cambiar en Aldeacorba.
La novela de Galdós -que era la preferida del propio autor- trata de mostrar, y lo consigue, la situación de una persona como Nela en la situación de entonces. Completamente desdichada, huérfana, sin ganas de vivir, si no es para ser la guía de Pablo, para disfrutar junto a él de la Naturaleza. Lo más destacable de la novela del escritor canario son, como no, la excelente forma de narrar que practica y las impresionantes descripciones que proporciona (recuerdo ahora una de la garganta en la noche, en los primeros capítulos, justo antes del encuentro de Teodoro con el ciego).
Además, Galdós muestra la escala de valores, y como éstos varían según la escala social en la que te encuentres. Un valor muy importante, en esta obra -y en toda la obra del escritor- es la caridad, que gira en torno a la figura de Florentina. De esta caridad, destaca una frase que, perfectamente, podría ser aplicable a la sociedad de nuestros días, en boca de Teodoro: "Todo eso sólo me prueba las singulares costumbres de una sociedad que no sabe ser caritativa sino bailando, toreando y jugando a la lotería...". De actualidad absoluta.
Todo esto queda aderezado por la ironía puntual del autor, en situaciones específicas; como, por ejemplo, el último capítulo de la novela, dotado de un sarcasmo especialmente inteligente, usado a la perfección.
Marianela es una novela de una gran factura, escrita por el máximo exponente de la novela española; y considero que esta u otras lecturas de Benito Pérez Galdós deberían ser de lectura obligatoria en cualquier instituto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la reseña Txetxu. Me anima a leer algo más de Galdós, al que cogí cierta manía después de acabar Fortunata "a la remanguillé", hace ya ahora casi tres años.

Abrazos. Buenas fiestas.

Beatrixie dijo...

Aunque me lo leí hace años, me encantó ese libro (creo recordar que lloré bastante en su momento xD) y me encanta Galdós en general.

Pero, ¿a quién no le va a gustar Galdós? Pero bueeeeeeno! Si GalDIOS es sinónimo de Literaturaaa! xD!!

Loren dijo...

Me gustó mucho Marianela (igual que tu reseña). Me han gustado mucho también Trafalgar, Tristana o Misericordia, por poner tres ejemplos, pero por encima de todo, por encima de todas las novelas españolas incluida El Quijote se encuentra Fortunata y Jacinta. ¡Qué joya, madre mía!

Jesús V.S. dijo...

Dani: Lee algo de Galdós. Yo sólo he leído este y fragmentos de Episodios Nacionales. Galdós narra de maravilla y describe, para mi, de la mejor manera posible. De verás.


Un abrazo.

Beatrixie: Por esta vez estoy de acuerdo con el señor Rebollo. :)

Un saludo.

Loren: Gracias por el elogio. ;) Algún día la leeré, la tengo por aquí en casa. Otro abrazo para ti, amigo.